Hoy toca repasar una historia tan rara que parecería propia de una secuencia de Uncharted o la trama de alguna película o serie de Indiana Jones, hasta por el nombre del objeto en cuestión que detonó una de las travesías más extrañas en la historia reciente de la arqueología: el Disco Celeste de Nebra. Una de las piezas más interesantes que se hayan encontrado (y rescatado) en las últimas décadas.
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Los colegas de BioBioChile publicaron un artículo rico y basto que nos recordó esta historia y creemos que es la ocasión perfecta para revisitarla. Ya que representa algo bastante curioso, torcido, inesperado. Una de esas anécdotas que todo mundo creería que son falsas, excepto por el hecho de que están tan bien documentadas que es imposible negar que pasó.
Tal como reportaron los colegas de The Times en septiembre de 2020. La historia detrás de este objeto se originó hace miles de años, pero su punto culmen y extraño inició apenas a finales del siglo pasado, en el año de 1999.
El Disco Celesta de Nebra y el arqueólogo que arriesgó su vida para rescatarlo
En las vastas llanuras de Alemania oriental, cerca de la ciudad de Nebra, se esconde un tesoro de la prehistoria que ha cautivado a científicos y aficionados a la historia por igual: el Disco Celeste de Nebra. Un raro artefacto de bronce que técnicamente es considerado el mapa del cielo más antiguo del mundo que se conserva hasta nuestros días, y que nos ofrece una fascinante ventana a la cosmovisión de las culturas de la Edad del Bronce. El objeto dataría del año 1600 antes de Cristo, pero su descubrimiento hasta 1999, tal como comparten los colegas de Country Life estuvo envuelto en un halo de controversia y misterio.
Todo inició cuando unos detectores de metales ilegales realizaron el hallazgo de la pieza, pero el daño que le ocasionaron con sus palas y la posterior venta ilegal del disco a un comerciante de Colonia por un precio ridículo de risa, generaron dudas sobre su autenticidad. Sin embargo, tras un análisis exhaustivo, la comunidad científica confirmó la antigüedad del disco y su valor incalculable.
El Dr. Harald Meller, un arqueólogo alemán, desempeñó un papel crucial en la recuperación del disco y en la demostración de su autenticidad. Ya que, según ha relatado hace un par de semanas a los colegas de la BBC, se infiltró en el mundo de los contrabandistas de antigüedades, haciéndose pasar por un comprador interesado, y finalmente logró recuperar el tesoro para el patrimonio cultural de la humanidad:
“Nunca había visto algo comparable. No solo se veía el cielo, sino también un patrón distintivo, que tal vez significaba algo. Tenía la sensación de que si no era una falsificación, era un hallazgo increíble.
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Estaba seguro de que era auténtico por una razón sencilla: quienes falsifican no hacen cosas nunca antes vistas, pues para eso necesitas fantasía y conocimientos complejos, o nadie les creerá. Si el riesgo de morir por el disco celeste era 50/50, para mí, valía la pena.”
El Disco Celeste de Nebra, con un diámetro de 32 centímetros y un peso de 2 kilogramos, está adornado con símbolos celestes grabados en oro. Se representan el Sol, la Luna, estrellas y constelaciones, así como una barca solar que surca el firmamento. Estos elementos, junto con otros motivos geométricos, ofrecen una representación simbólica del cosmos tal como lo percibían las antiguas civilizaciones europeas.
Más allá de su valor como representación astronómica, el Disco Celeste de Nebra también nos habla de las creencias y rituales de las culturas de la Edad del Bronce. Incluso se cree que el disco era utilizado para ceremonias religiosas o para marcar eventos importantes del calendario, como solsticios y equinoccios.
El disco está a salvo ahora
En 2013, el Disco Celeste de Nebra fue incluido en el Registro de la Memoria del Mundo de la UNESCO, un reconocimiento a su importancia como patrimonio cultural de la humanidad. Hoy en día, este tesoro arqueológico se exhibe en el Museo Británico de Londres, donde miles de personas de todo el mundo pueden maravillarse con su belleza y significado.
Así que, en conclusión, el objeto no solo ha revolucionado nuestra comprensión de la astronomía y las creencias de la Edad del Bronce, sino que también ha inspirado a numerosos estudios e investigaciones.
Pero tal vez lo que más ha perdurado en la cultura popular de la comunidad aficionada a la arqueología es la historia de cómo Meller jugó a ser Indiana Jones para rescatar esta pieza.
