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La curiosa historia de Shazam: Todo comenzó tras una anecdótica fiesta en Berkeley

La idea de tener una app que identificara canciones se comenzó a pensar en una fiesta... y terminó convirtiéndose en un gigante global llamado Shazam.

Fundada en 1998 y lanzada oficialmente unos años después, Shazam se volvió una herramienta útil en todos los rincones del mundo. ¿Su función? Reconocer canciones simplemente escuchando un fragmento de la melodía, permitiendo a los usuarios identificar sus tonadas favoritas y también encontrar detalles como el nombre del artista o del álbum con sólo un toque. Con el tiempo esta idea pasó de ser un servicio de marcación telefónica a una destacada aplicación para smartphones.

Claro que hay una historia detrás de esta brillante idea, y que curiosamente no comenzó al interior de una oficina ni tampoco entre grandes ejecutivos de una firma tecnológica. Más bien, la iniciativa se comenzó a pensar en una fiesta... y terminó convirtiéndose en un gigante global.

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Los inicios de Shazam

Esta historia comienza durante una fiesta en 1999 en la UC Berkeley, instancia donde Chris Barton, uno de sus cofundadores, y sus amigos se hicieron a una pregunta común en tales eventos: “¿Qué canción es esta?”. Inspirados por el desafío de recordar los nombres de las canciones o sus intérpretes al escucharlas, Barton y junto con Avery Wang, Philip Inghelbrecht, y Dhiraj Mukherjee desarrollaron Shazam, una aplicación que rápidamente transformó la manera en que el mundo identifica música.

Así, después de un año de intenso desarrollo, lanzaron Shazam en 2002 como la primera aplicación de consumo masivo impulsada por algo así como una inteligencia artificial. Y cómo no, este invento fue concebido para resolver un problema tan común en la sociedad y sobre todo para los amantes de la música, que inmediatamente fue bien aceptado, transformando así la forma en que muchos conectan con las melodías.

Desde su lanzamiento, Shazam se convirtió rápidamente en un éxito comercial, atrayendo la atención de inversores de capital riesgo y consolidando su posición en el mercado. Posteriormente, Chris Barton, uno de los cofundadores que lideró la expansión de Shazam, se unió a Google, donde desarrolló algoritmos clave y obtuvo múltiples patentes.

En tanto, en 2018 Apple adquirió Shazam por aproximadamente $400 millones, una movida estratégica que permitió a la gigante tecnológica integrar las capacidades de reconocimiento de música de Shazam directamente en su ecosistema, incluyendo a Siri y Apple Music.

En un principio, en 2002 Shazam consistía en marcar un número telefónico y sostener el dispositivo cerca de la música a consultar. Así, el sistema reconocía la canción si estaba dentro de su base de datos y a través de un SMS dejaba constancia de su título y artista. El servicio se llamaba “2580″ y sólo estaba disponible en Reino Unido. Dos años después llegó a los Estados Unidos en la red AT&T Wireless.

Para el 2006 Shazam cobraba £0.60 por cada llamada, con la opción de contratar un servicio ilimitado por £4.50 al mes. Pero eso llegó a su fin con la llegada de los smartphones, que permitió a Shazam saltar a ser una app, adaptándose para utilizar el micrófono del teléfono y capturar los audios de manera mucho más rápida y precisa a través de inteligencia artificial. Una idea revolucionaria que a cualquiera se le pudo ocurrir.

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