Vivimos en un mundo absolutamente loco y acelerado, regido por el capitalismo y la urgencia por siempre generar, por siempre destacar, por ganar, ganar y ganar. Es un mundo donde la productividad y el ajetreo constante parecen ser la norma e incluso el multimillonario Bill Gates no se pudo escapar de ello en su momento cuando era líder de Microsoft. Pero por fortuna terminó aprendiendo una valiosa lección sobre gestión del tiempo del legendario inversor Warren Buffett.
En el pasado hemos abordado un poco cómo era Bill Gates en la década de los 90 y principios del siglo XXI, como joven ejecutivo al frente de la compañía de software más grande del mundo, así como su postura sobre distintos asuntos relacionados con la productividad. En donde el muchacho al inicio no creía en las vacaciones, hasta que comprendió que descansar no era malo.
Ahí comprendió la mitad de una ecuación valiosa sobre la administración de nuestras actividades diarias, pero le faltaba la última parte de la fórmula, la lección que le dio el buen Warren: no es necesario llenar cada segundo de tu agenda para tener éxito.
Warren Buffett le cambió la visión a Bill Gates con su agenda vacía
Bill Gates en una entrevista a Charlie Rose allá por el año de 2017 relató cómo durante mucho tiempo creyó que la clave del éxito era mantener un calendario repleto de actividades. Sin embargo, luego conoció a Warren Buffett y al observar sus hábitos de trabajo descubrió que el millonario se manejaba permanentemente bajo un enfoque minimalista con la gestión de su tiempo.
A partir de ahí Gates descubrió un paradigma diferente que no ha dudado en compartir más de una vez por distintos medios. El más reciente caso ha sido a través de su cuenta oficial de Threads:
“Me tomó demasiado tiempo darme cuenta de que no es necesario ocupar cada segundo de tu vida en tu agenda para tener éxito. (En retrospectiva, es una lección que podría haber aprendido mucho antes si hubiera echado más vistazos al calendario intencionalmente liviano de Warren Buffett).”
Buffett, director ejecutivo de Berkshire Hathaway, es famoso por su agenda casi desierta, que le permite dedicar tiempo a actividades de todo tipo, no sólo de negocios, como la lectura, la reflexión y la escritura, pilares fundamentales para la toma de decisiones estratégicas y el crecimiento personal.
Gates, quien ha sido testigo de la efectividad de este enfoque, enfatiza siempre que puede la importancia de priorizar las tareas verdaderamente importantes y no caer en la trampa de la “ocupación constante” como medida de productividad.
Bill Gates por suerte aprendió el valor del tiempo libre
En una entrevista con Bloomberg (vía MSN) Gates, compartió su impresión inicial al ver el calendario del millonario que estaba prácticamente vacío, con montones de espacios libres en todos los días de la semana, algo que era diametralmente opuesto a su agenda:
“Recuerdo que Warren me mostró su calendario. Sabes, yo tenía cada minuto ocupado y pensé que esa era la única manera de hacer las cosas.”
Sin embargo, con el tiempo, el buen Bill comprendió que la clave reside en la gestión consciente del tiempo, reservando espacios para actividades que fomentan la reflexión, el aprendizaje y la creatividad. Es necesario a veces tomar un respiro y divertirse para poder construir más y mejor.
En definitiva, la lección de Gates y Buffett radica en priorizar las tareas que realmente aportan valor, evitando la sobrecarga de actividades y creando espacio para actividades reflexivas que nutren el crecimiento personal y profesional.