Hoy en día nuestros teléfonos móviles lo son todo. Contienen nuestras conversaciones, nuestras cuentas bancarias y toda clase de información personal. ¿El problema? Muchas veces utilizamos aplicaciones que nos ayudan a administrar todos estos datos, las que normalmente solicitan acceso a nuestra ubicación, contactos y archivos personales. Y claro, la vida pasa muy rápido como para leer cada Término y Condición que se nos plantea, incluso si es un error saltarse esta lectura.
Desde redes sociales hasta plataformas de salud, las aplicaciones móviles normalmente recogen información personal que perfectamente pueden distribuir a terceros, ya que somos nosotros mismos quienes les permitimos acceder a datos personales como nombres, correos electrónicos o números de teléfono. Muchas veces también pueden acceder a nuestro historial de navegación, contactos y mensajes, lo que comienza cuando las descargamos.
De hecho, de acuerdo a estudios compartidos por la Universidad de Cambridge, más del 70% de las apps recopilan datos más allá de lo necesario para su funcionamiento, lo que podría representar un enorme problema para tu privacidad.
Las apps móviles recolectan datos valiosos
En un mundo donde la privacidad digital cobra cada vez más relevancia, una reciente investigación de la Universidad Politécnica de Madrid nos recuerda cómo las aplicaciones móviles pueden comprometer la seguridad de nuestros datos personales.
Dicho estudio dio a conocer que en la actualidad son muchas las aplicaciones móviles que recogen nuestros datos personales y luego los transmiten a gran escala a terceros como Google o Meta, frecuentemente sin el consentimiento claro del usuario. Además, es normal entre las funciones integradas de estas apps que se realicen actividades en segundo plano que pueden no ser tan evidentes para los usuarios, lo que aumenta los riesgos de privacidad.
¿Qué hacer ante este problema?
Para combatir estos riesgos, lo principal es partir por educarnos y ser usuarios informados. Un buen punto de partida para ello es siempre entender los permisos que se otorgan y también aprovechar las herramientas de gestión de privacidad nativas de los sistemas operativos de los dispositivos. También, otra buena medida puede ser sólo descargar apps compartidas por desarrolladores con buena reputación en el manejo de datos.
Pero recuerden: como usuarios de iOS o Android queda en nuestras manos verificar los permisos que solicitan las apps antes de descargarlas y limitar el acceso a datos sensibles cada vez que sea posible. Dicho de otra forma, para proteger nuestra información personal siempre será necesario tomar medidas proactivas.