Así, los trascendidos indican que esta IA podría generar un enorme cambio en la forma en que se entienden las decisiones humanas, junto con tener profundas implicaciones en el debate sobre el libre albedrío.
¿De qué va la IA que está desarrollando el MIT?
Según la investigación, hablamos de un modelo avanzado de IA capaz de prever una amplia gama de acciones humanas con una precisión nunca antes vista, desde la selección de rutas en ambientes desconocidos hasta movimientos estratégicos en juegos de ajedrez, basándose únicamente en información previa de acciones humanas.
El resultado se debe a la eficacia de este sistema, que radica en su habilidad para discernir y procesar los “límites computacionales” o “presupuesto de inferencia” de humanos o máquinas, lo que permite un entendimiento detallado de los procesos de toma de decisión, entendiendo que todo comportamiento se puede anticipar.
En ese sentido, la capacidad de este nuevo modelo de IA para anticipar con exactitud las acciones humanas plantea preguntas fundamentales sobre la libertad de elección: ¿Son realmente libres nuestras decisiones, o son simplemente el resultado de un proceso predecible? Pues según este avance, nos podríamos inclinar por lo segundo.
De igual forma, este desarrollo genera debate respecto a las implicaciones morales de usar IA para analizar y prever comportamientos humanos. En un mundo cada vez más mediatizado, es importante considerar el impacto y cómo estos avances afectan la percepción de la autonomía individual y la toma de decisiones.
Cuestionado o no, el desarrollo de este modelo por parte del MIT y la Universidad de Washington abre un nuevo capítulo en la tecnología y en la predicción de comportamientos. Y continúen con estos avances o no, lo cierto es que el debate sobre el libre albedrío, el determinismo y el futuro de la interacción entre humanos y máquinas, es algo que llegó para instalarse en estos tiempos de IA.