En Latinoamérica, Dragon Ball es un fenómeno cultural de proporciones épicas. Desde su llegada a la región a principios de la década de 1990, la serie ha cautivado a millones de personas de todas las edades, convirtiéndose en parte integral de la identidad cultural de varias generaciones. Sus personajes icónicos, sus historias emocionantes y sus valores universales han dejado una huella imborrable en la región.
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La serie sigue siendo disfrutada por personas de todas las edades y su impacto en la cultura popular es innegable. Dragon Ball es un verdadero legado que seguirá inspirando a las personas durante muchos años más. En México, por ejemplo, tras la lamentable muerte de Akira Toriyama, los ciudadanos se echaron a la calle para rendirle homenaje de la mejor manera posible: levantando los brazos hacia el cielo como dando el poder a Goku para lanzar su Genkidama definitiva.
Y eso que la serie estuvo a punto de causar un desastre burocrático en 2018.
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El problema legal de Dragon Ball Super que involucró al gobierno mexicano
Tras 18 años sin nuevos episodios (si no contamos Dragon Ball Kai), Dragon Ball Super fue recibida como maná en México. Tanto, que cuando la temporada estaba a punto de terminar, allá por 2018, y en respuesta a la petición de unos fanáticos, los ayuntamientos del país tuvieron una idea brillante: instalar pantallas gigantes en las plazas centrales para que todos pudieran disfrutar juntos del episodio 130, en el que Goku se enfrentaba a Jiren.
Solo había un pequeño problema: no tenían los derechos de transmisión.
Toei Animation, la productora de la serie, se enteró de la iniciativa y exigió su parte del pastel. La embajada de Japón tuvo que intervenir para poner orden en todo este asunto.
Finalmente, consiguió algo inesperado: que Toei, después de enviar una carta amenazante (“Le pedimos que por favor disfrute de nuestros títulos en las plataformas y emisoras oficiales y no apoye las proyecciones ilegales que incitan a la piratería”), autorizara la proyección de ese capítulo en particular.
Un éxito rotundo
Solo en Ciudad Juárez en la Plaza de la Mexicanidad el 17 de marzo de 2018 para ver este episodio de Dragon Ball Super se reunieron unas 15.000 personas. Y pensar que la primera vez que se emitió Dragon Ball allí, con el nombre de Zero y el dragón mágico, no le interesó absolutamente a nadie y pasó sin pena ni gloria.
Este episodio es una muestra más del fervor que despierta Dragon Ball en México y en la región, donde la serie ha traspasado las fronteras del entretenimiento para convertirse en un fenómeno cultural sin precedentes. La pasión por las aventuras de Goku y sus amigos es tal que los fans están dispuestos a cualquier cosa para disfrutarlas, incluso si eso significa desafiar las leyes de derechos de autor.