Es ampliamente conocido que Steve Jobs, el célebre cofundador de Apple, poseía una visión excepcional que contribuyó significativamente a su éxito empresarial. En una entrevista para Wired en 1996, Jobs predijo con acierto el impacto que tendría Internet en las décadas siguientes, reconociendo su importancia tecnológica.
Jobs destacó dos motivos principales para colocar a Internet en un pedestal: su omnipresencia y su carácter descentralizado, que impediría a Microsoft dominarlo por completo. Aunque han pasado casi 30 años desde sus palabras proféticas, es innegable que Steve Jobs tenía razón en su visión sobre Internet.
Durante la entrevista, Jobs elogió la simplicidad de la web y su capacidad para democratizar el espacio virtual, permitiendo que empresas de todos los tamaños compitieran en igualdad de condiciones. Sin embargo, señaló que algunas personas buscaban complicar la web, lo cual no cambiaría su esencia fundamental.
Si bien Microsoft había dominado la informática de escritorio con su sistema operativo Windows, el advenimiento de Internet trajo consigo el ascenso de otras dos grandes empresas tecnológicas: Google y las redes sociales, con Meta (anteriormente conocida como Facebook) a la cabeza.
Mientras Microsoft continuaba liderando la informática de escritorio con productos como Internet Explorer y Bing, Google emergió como una fuerza dominante en la web con su buscador y su navegador Chrome. Por otro lado, las redes sociales, como Facebook e Instagram, cambiaron la forma en que nos conectamos y compartimos en línea.
La alianza que podría cambiarlo todo
Sin embargo, a fines de 2022, un nuevo hito tecnológico irrumpió en el escenario: el lanzamiento de ChatGPT, una herramienta de inteligencia artificial que ha revolucionado la forma en que interactuamos en Internet. Esta IA, desarrollada por OpenAI ha superado rápidamente a otras plataformas populares, mostrando un crecimiento sin precedentes en la historia de Internet.
Y pasa que Microsoft es colaborador de OpenAI desde 2019, aportando dinero e infraestructura de computación.
Por lo que, si bien, Steve Jobs acertó de pleno con la web y Microsoft en un inicio, dejó muy pronto este mundo para evaluar el alcance de la inteligencia artificial y cómo podría reordenar las fuerzas de las grandes compañías a futuro.