Ser pareja de una Inteligencia Artificial (IA) puede parecer una teoría disparatada del futuro distante o de películas como “Her”, pero lo cierto es que ya es una realidad.
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En algún lugar de Europa vive Alicia Framis y su pareja Aileix. Ella es una artista catalana, mientras que él no es más que un holograma hecho con IA.
Pese a sus diferencias, llevan un tiempo conviviendo juntos y “enamorándose”, dado que esta IA “satisface todas sus necesidades emocionales”.
Y como las cosas nunca pueden ir lo suficientemente rápido, la artista anunció a través de sus redes sociales que ya tienen todo listo para casarse.
Obviamente, este matrimonio es arreglado: Es parte de su performance titulada ‘The first woman to marry a hologram’.
“Los hologramas están más cerca de sus emociones que los robots”, describe el portal de la artista.
Matrimonio IA - Humano
Según conversó la artista de 57 años con el portal El Mundo, su “novio” virtual es una mezcla entre todos sus ex.
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“Es como un cuerpo de muchos cuerpos”, reveló.
En la misma línea, su sitio web agrega que, según su punto de vista, “el amor y el sexo con robots y hologramas son una realidad inevitable. Son excelentes compañeros y son capaces de expresar empatía.”
“Está surgiendo una nueva generación de amor, queramos o no, donde los humanos se casarán y tendrán relaciones con hologramas, avatares, robots y más. Así como practicamos nuevos idiomas con Duolingo, practicaremos relaciones con estas entidades”, complementa la página.
Con todo, el matrimonio de Framis y Aileix se realizará a mediados del próximo año en el Museo Boijmans Van Beuningen en Rotterdam, más precisamente en la azotea de DeDepot Boijmans, todo esto en Países Bajos.
Asistirá la familia de Alicia, pero también sus parientes políticos: Una serie de hologramas que con gusto comerán comida molecular.
“Yo espero que mi suegra sea una súper-suegra, en el sentido de que haya aprendido de todas las demás. (...) No descartamos la idea de tener hijos”, dijo al medio citado.
Cabe mencionar que en 1997 la barcelonesa trascendió al convertirse en la primera artista del mundo en comenzar a convivir con un maniquí, con el fin de investigar la soledad.
Así es que no se trata de su primera aventura de este tipo, aunque sí con “este” tipo.
