Uno de los juguetes más preciado para Steve Jobs, fue un súper yate que él mismo diseñó. Es gigantesco y lleno de lujos, como toda pieza exclusiva de un millonario. Lo único malo para el confundador de Apple, fue que lamentablemente no lo pudo estrenar.
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Al igual que con sus más distintivos productos de Apple, Steve Jobs tenía en la mente lo que quería con su súper yate. Sin embargo, necesitaba la colaboración de un experto en la materia. Y fue allí cuando entró el diseñador industrial francés, Philippe Starck.
El experto cuenta en una entrevista como fue ese primer contacto, y como estuvo a punto de no trabajar junto a Steve Jobs, por culpa de una asistente que no tenía idea de quien era el amo, señor y mandamás de Apple.
De acuerdo con una reseña de Applesfera, por allá por el 2007 fue cuando a Steve Jobs se le metió la idea de tener un lujoso yate. Entonces, llamó a las oficinas de Philippe Starck justo cuando el empresario estaba en una reunión.
Si te llama Steve Jobs, a menos que estés con el presidente de una potencia mundial, el Papa o el mismísimo Dios, tienes que dejar lo que estás haciendo y contestar la llamada. Pero como la secretaria que atendió el teléfono no tenía idea de quien era, le dijo que Starck no estaba disponible.
Lo peor es que ni siquiera le pidió un recado o número de teléfono. Simplemente colgó la llamada. “¿Puedes imaginarte el aura de Steve Jobs en 2007? Era prácticamente Dios. Y ella (la secretaria) no me pasó la llamada porque no sabía quién era él. Empezábamos bien”, cuenta Starck en entrevista con Vanity Fair.
Afortunadamente, semanas después volvió a llamar y casi no lo encuentra, porque el diseñador industrial iba saliendo de la oficina hacia un viaje de negocios. Afortunadamente, quien contestó en esta ocasión salió corriendo a decirle quien lo llamaba y así se estableció la comunicación.
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El contacto fue breve. Steve Jobs le dijo “¿Quieres hacerme un barco?” y Phillipe dijo que sí. “¿Sabrás hacerlo”, repreguntó el cofundador de Apple. A lo que Starck dijo, modestia aparte, “por supuesto. Tengo los dedos palmeados y escamas en mi espalda. Soy anfibio”.
Acudió a su mesa de trabajo y con las ideas que le había dado Steve Jobs realizó su diseño. El entonces magnate quedó perplejo y le dijo: “Es más de lo que nunca hubiera imaginado”.
Phillipe Starck no podía creer esas palabras y sigue destacando ese momento en la entrevista. “El hombre más poderoso del mundo, conocido por ser el más intransigente, incapaz de decir bravo, nos estaba diciendo que esto ‘Va más allá de mis sueños’, nada menos”, comentó.
El super yate, sueño hecho realidad para el entonces ejecutivo de Apple, fue botado en 2012, pero Steve Jobs murió en octubre del 2011, nunca lo pudo estrenar. Ahora está en manos de su viuda, Laurene Powell Jobs.