La Administración Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos ha emitido una advertencia sobre la posible amenaza que representan los satélites Starlink de SpaceX, propiedad de Elon Musk, si no son retirados de manera adecuada al final de su vida útil.
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Como explica Bío Bío en un informe, los satélites de Starlink están diseñados para funcionar en órbita terrestre baja durante aproximadamente cinco años, tras lo cual se espera que sean retirados. Sin embargo, su desecho se lleva a cabo de manera controlada, generalmente mediante la incineración en la atmósfera, lo que reduce significativamente el riesgo para las personas en la Tierra.
Un informe oficial del gobierno estadounidense presentado ante el Congreso advierte que, para 2035, alrededor de 28,000 fragmentos de satélites Starlink podrían sobrevivir al reingreso a la atmósfera y potencialmente caer a la Tierra cada año. Esto aumentaría la probabilidad de que uno de estos fragmentos impacte y cause daños a personas en tierra en un 61% anual.
El informe también señala que existe una posibilidad del 0.07% de que un fragmento caído pueda derribar una aeronave cada año, lo que, aunque es un porcentaje relativamente bajo, aún representa un riesgo significativo de una catástrofe aérea sin precedentes.
La respuesta de SpaceX, contundente
SpaceX ha cuestionado el informe de la FAA, calificándolo como una culminación de “errores atroces, omisiones y suposiciones incorrectas”. La compañía argumenta que el análisis defectuoso se basó en un estudio de 23 años realizado por la NASA, el cual se centró en satélites de naturaleza diferente a los de SpaceX y que no estaban diseñados para ser desechados.
Además, SpaceX afirmó que ya ha retirado 325 de sus satélites sin dejar restos, lo que contradice la estimación de la FAA sobre la acumulación de fragmentos en la Tierra. Esto parece marcar un inicio entre una “batalla” entre las autoridades estadounidenses y los planes a futuro de SpaceX con Starlink.