En el mundo de la creatividad y la innovación, Steve Jobs, el icónico cofundador de Apple, sigue siendo un referente inmutable. Su capacidad para ver oportunidades donde otros no las veían y para crear productos revolucionarios sigue siendo objeto de admiración. Pero, ¿cuál era su secreto?
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A diferencia de la creencia popular de que la creatividad consiste en crear algo “de la nada”, para Jobs, era más bien como armar un mosaico. Cada experiencia, cada conocimiento, cada punto en tu vida es una pieza de ese rompecabezas creativo. La verdadera magia sucede cuando se conectan estos puntos de formas inesperadas y no convencionales, lo que él mismo llamaba el método de los puntos.
Imagina, por ejemplo, combinar el recuerdo de un viaje a la montaña con una melodía que te viene a la mente. Esto podría dar lugar a la creación de una innovadora aplicación de meditación con sonidos naturales. Aquí es donde el método de los puntos de Jobs entra en juego, al unir dos ideas aparentemente dispares para crear algo nuevo y emocionante.
Mientras más puntos, mejor
Como explica Computer Hoy, uno de los pilares fundamentales de este enfoque es acumular un repertorio diverso de puntos o experiencias. Cuantas más vivencias y conocimientos tengas en tu haber, más rica será tu paleta creativa.
El ejemplo icónico de la historia de Apple es el curso de caligrafía que Jobs tomó, que más tarde influyó en el diseño del primer Macintosh, dándole un toque revolucionario en términos de tipografía y diseño. Además, este enfoque interdisciplinario es lo que llevó a innovaciones como la tecnología portátil del Apple Watch.
Mantener la curiosidad y el deseo de aprender constantemente es esencial para este proceso. Como menciona YourStory, es importante “mantener la curiosidad para hallar nuevos enlaces”. Aunque algunos puntos parezcan inútiles en un principio, podrían convertirse en la clave de una idea brillante en el futuro.
