Sam Altman, el director ejecutivo de OpenAI, se ha convertido en una figura relevante tanto en la industria tecnológica como en la conversación pública. Su liderazgo en OpenAI y su contribución a la popularidad de la inteligencia artificial (IA), en particular a través de ChatGPT, lo han colocado en el centro de atención. Sin embargo, la historia de Sam Altman va más allá de su papel en la IA.
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Nacido el 22 de abril de 1985 en Chicago, Altman creció en Missouri. Desde una edad temprana, mostró un profundo interés por la ciencia y la tecnología. A los 8 años, ya era un programador, y su primer encuentro con la informática fue a través de una Apple Mac que le parecía gigantesca en ese momento.
Asistió a la John Burroughs School, una secundaria privada donde desempeñó un papel importante en un evento que cambió la escuela y su vida para siempre.
La valentía de Sam Altman
Como cuenta Expansión, en la secundaria, Altman y un grupo de jóvenes cristianos boicotearon una asamblea sobre sexualidad. En respuesta, Altman se declaró abiertamente gay y cuestionó si la escuela tomaría alguna medida en su contra o estaría dispuesta a aceptar diferentes puntos de vista. Esta valiente declaración tuvo un profundo impacto en la escuela y en la percepción de la diversidad en ese entorno.
“Lo que hizo Sam cambió la escuela. Se sentía como si alguien hubiera abierto una gran caja llena de todo tipo de niños y los hubiera dejado salir al mundo”, compartió Madelyn Gray, la consejera de la escuela.
Actualmente, Altman está en una relación con Oliver Mulherin, quien también es su socio. Aunque Altman mantiene su vida privada de manera discreta, su relación con Mulherin ha sido un pilar importante en su vida.
Mulherin, de 30 años, es un ingeniero de software nacido en Australia y ha trabajado en empresas destacadas como Meta. Su relación con Altman ha sido en gran medida privada, y ambos han mantenido un perfil bajo en las redes sociales.