En muy buena parte, la primera piedra de la legislación de la inteligencia artificial (IA) en los Estados Unidos la pondrán Elon Musk y Mark Zuckerberg. En un giro inesperado, los empresarios convergerán en el Congreso con un propósito común: sentar las bases para la regulación de la IA en el país.
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De acuerdo con El Periódico, el líder de la mayoría del Senado, Charles E. Schumer, ha extendido una invitación a estos líderes de la industria tecnológica, marcando un paso significativo hacia la creación de una legislación que aborde tanto los beneficios como los riesgos de la proliferación acelerada de esta tecnología.
Los demócratas han estado explorando la posibilidad de desarrollar una legislación bipartidista que aborde de manera integral el impacto de la IA. En consecuencia, se ha programado una serie de reuniones a puerta cerrada para el próximo mes, donde legisladores se encontrarán con expertos en la materia para analizar y transformar las ideas en acciones legislativas concretas.
Otros líderes de las Big Tech participarán
El evento inaugural de estas reuniones está programado para el 13 de septiembre. En esta ocasión, Schumer se reunirá no solo con Musk y Zuckerberg, sino también con otros influyentes líderes de la industria de la IA.
La lista de asistentes incluye a Sam Altman de OpenAI, Sundar Pichai de Google, Satya Nadella de Microsoft, Jensen Huang de Nvidia y el exdirectivo de Google, Eric Schmidt.
Este conjunto diverso de líderes empresariales compite en una feroz carrera por liderar el emergente campo de la inteligencia artificial. OpenAI, por ejemplo, es el creador de ChatGPT, un chatbot de IA generativa en el cual Microsoft ha invertido significativamente para adaptarlo a sus productos.
Google y Meta, por su parte han lanzado sus propios modelos de IA, mientras que Nvidia se beneficia de ser el proveedor de los semiconductores necesarios para potenciar esta tecnología.
Sin embargo, a medida que estas reuniones toman lugar en los pasillos de Washington, grupos de activistas digitales y defensores de los derechos del consumidor han expresado preocupaciones. Temen que las reuniones con estos titanes tecnológicos puedan comprometer la independencia legislativa al acercar demasiado a los congresistas a los intereses de las grandes empresas que buscan regular.