Cuando Elon Musk compró Twitter por 44 mil millones de dólares en octubre pasado, pocos pensaban que la empresa estaría a punto de irse a bancarrota unos meses más tarde.
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Musk lo alertó a principios de 2023, pero basándose en los hechos de la anterior junta directiva de la empresa. Sin embargo, el sudafricano pisó el acelerador con sus decisiones, ahuyentando a los inversionistas.
El pasado 15 de julio, Musk escribió: “Todavía tenemos un flujo de caja negativo, debido a una caída de más o menos 50% en los ingresos por publicidad más una fuerte carga de deuda. Necesitamos alcanzar un flujo de caja positivo antes de que podamos permitirnos el lujo de cualquier cosa”.
En febrero, reconoció que los últimos meses habían sido “extremadamente difíciles”, pero que la empresa “ahora tiende a alcanzar el punto de equilibrio”.
El viacrucis del Twitter de Elon Musk
Los hechos son los siguientes:
- Twitter tenía cerca de 13 mil millones de dólares en deudas antes de la llegada del magnate.
- Musk despidió a más de 6 mil trabajadores, con el argumento de las deudas de la empresa. En la actualidad, el plantel tiene unos 1.500 empleados, pero las demandas contra Twitter alcanzan los 500 millones de dólares por indemnizaciones.
- Los ingresos diarios de Twitter se redujeron un 40% interanual en enero, y la cifra aumentó notablemente con el paso del tiempo.
- Pese a la llegada de Linda Yaccarino como CEO, los anunciantes siguieron yéndose de la empresa, debido a los cambios instaurados por Musk, incluyendo el retorno de cuentas consideradas de discurso violento.
- Iniciativas como Twitter Blue, por la que se pagaba una mensualidad por la insignia de verificación, no calaron entre los usuarios.
- Y ahora se sumó Threads, la red social de Meta que busca llevarse a los anunciantes que se fueron del nido del pajarito azul.
Damion Schubert, director creativo del estudio Boss Fight, que trabaja con Netflix, publicó un hilo en Twitter sobre la situación en la red de Elon Musk. La conclusión a la que llegó es que Twitter está quebrado, pero que el sudafricano no lo ha querido anunciar aún.
¿Es cuestión de tiempo? ¿Podrá Musk hallarle la vuelta y lograr la salvación del pajarito azul?