Elon Musk compró Twitter en octubre de 2022, luego de varios meses de idas y venidas, por 44 mil millones de dólares. Hoy la empresa solo vale 15 mil millones, de acuerdo con un informe de la empresa de inversiones Fidelity.
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Solo seis meses pasaron y el valor de Twitter se redujo un 33%.
No es una sorpresa. Ya el mismo Musk había adelantado la situación en varias intervenciones en meses recientes. Reconoció que “pagó de más por Twitter”, cuando lo compró en octubre; en marzo pasado declaró que ya la compañía valía “menos de la mitad”.
¿Cuáles fueron los errores del sudafricano que generaron el derrumbe?
Las deudas de la compañía
Vamos, esto no fue ocasionado por Elon Musk, pero él decidió invertir en Twitter.
El magnate compró la empresa en octubre de 2022: ya en noviembre admitía que “la bancarrota era una posibilidad si no empezaba a generar más efectivos”.
Musk señaló que tomó la compañía con una deuda de casi 13 mil millones de dólares, que desde aquel momento pasó a manos de siete bancos de Wall Street.
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Vinieron los despidos, no solo de los ejecutivos, sino también de casi la mitad de la plantilla. Pero, con el paso de los meses, el escenario no se fue aclarando, sino que se complicó más.
Los cambios en la plataforma de Twitter desde que Elon Musk llegó
A partir de aquí, todo es causa de Elon Musk. Sus decisiones no solo afectaron a Twitter en lo administrativo, sino también en su plataforma.
Abrió las puertas a usuarios que habían sido sancionados por su discurso violento, eliminó las insignias de verificación que certificaban la autenticidad de determinadas personas y permitió que, con un pago de 8 dólares mensuales, cualquiera pudiera tener el verificado.
También eliminó cualquier restricción sobre la información considerada falsa sobre el COVID-19 y otros temas sensibles.
Esto llevó al siguiente punto.
La desconfianza de los anunciantes
El caos generado por los cambios en la plataforma llevó a muchos anunciantes a retirarse. No querían verse vinculados con una empresa que permitía el discurso violento y con la posibilidad de que cualquiera se hiciera pasar por ellos con una insignia de verificación comprada.
Sensor Tower señala que varias empresas, como Mondelez International, Unilever y Coca-Cola, que se encontraban entre los 10 principales anunciantes de Twitter antes de que Musk asumiera el control, hoy ni siquiera se ubican entre los 50 principales.
La inversión es menor por la desconfianza hacia los cambios de Musk.
Insider Intelligence dijo en abril que Twitter disminuiría un 28% de los ingresos publicitarios de 2022, que en ese entonces fueron de 4.14 mil millones de dólares.
Los usuarios no responden a Twitter Blue
Elon Musk pensaba que la venta de las insignias de verificación a través de Twitter Blue le ayudaría a generar liquidez en la compañía. Que los cientos de millones de usuarios querrían tenerla a cualquier costo.
Y no, no ha sido así.
De acuerdo con Time, menos del 1% de los usuarios de Twitter se habían registrado en Twitter Blue a fines de marzo. No hay interés en tener el “Blue check”, además de los beneficios que genera (videos más largos, mayor espacio para texto).
La conducta inestable de Elon Musk
Parece un tema muy personal, pero la conducta de Elon Musk no es la más apropiada para un jefe de empresas, sobre todo en Estados Unidos.
El portal First Post lo explica muy bien: “Sus controvertidos tuits, incluidos los que se vinculaban con teorías de conspiración o se adentraban en debates sobre el racismo, también han dado qué pensar a los anunciantes”.
De allí a que Musk decidiera poner en la silla de CEO a Linda Yaccarino, un rostro conocido entre los anunciantes. Sin embargo, la forma de ser de Musk, impredecible, inestable y arrolladora, no cambiará: podría seguir afectando a su empresa.