En definitiva ni Twitter ni Elon Musk han tenido una semana sencilla. A estas alturas es bien conocido el intenso drama que vivió el, supuestamente, hombre más rico del mundo con el asunto de la adquisición se esta red social.
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El recuento de cómo se dio la compra ya lo hemos detallado en ocasiones anteriores, con todos los giros y embrollos que se han suscitado tanto dentro como fuera de la plataforma. Es un proceso que tomó casi un año en concretarse y que cada vez parece dejarnos más en claro que se trató de una comedia de enredos financieros monumental.
En donde Elon Musk se involucró para exprimir al máximo posible el valor de sus acciones pero al final se vio obligado a concretar una compra por USD $44 mil millones de un sitio que acuso en cada oportunidad de ser un mal trato, hasta que estuvo a punto de verse obligado a irse a juicio y perder.
Ahora, a una semana de tener su juguete nuevo hemos visto una serie brutal de recortes de personal, a la par que planea imponer una serie de cobros nuevos a los usuarios.
Elon Musk no es Steve Jobs: el problema de vender una millonada de sus acciones
Algunos románticos han comparado estos cambios extremos descritos arriba con lo que Steve Jobs hizo cuando regresó a Apple para parir a la iMac, el iPod y el renacimiento de la marca en el siglo XXI.
Pero la realidad objetiva es que se trata de una acción impulsada en ambos casos por la urgencia de recuperar liquidez y equilibrio en las finanzas.
Y ahora Musk acaba de hacer algo que vuelve todavía más complejo todo para quienes han invertido en sus proyectos.
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Según reportan los amigos de CNBC, Elon Musk habría vendido de manera abrupta, entre el 4 y el 8 de noviembre un total de 19.5 millones de acciones de Tesla Motors, lo que equivale a USD $3.950 millones, y esto no tiene nada contentos a quienes ya apostaron por la automotriz:
“Nuestro temor de cara a los últimos días del acuerdo era que Musk se viera obligado a vender más acciones de Tesla para financiar el desastroso acuerdo de Twitter y, en última instancia, esos temores se hicieron realidad, lo que habla de algunas de las presiones masivas de venta sobre las acciones en los últimos tiempos.
Musk, quien varias veces durante el último año ha dicho que ‘ha terminado de vender acciones de Tesla’, pierde una vez más credibilidad con los inversores y sus seguidores, en una especie de recreación del niño que gritó ‘ahí viene el lobo’”.
Es lo que señala en su evaluación financiera Daniel Ives, de la firma Wedbush (vía Yahoo! Finance). Esta situación deja en una situación aun más delicada a todo el emporio de Elon.
En especial si consideramos que Twitter sufrió “una caída masiva en los ingresos” en cuanto Musk tomó el control, por la salida en grupo de anunciantes.
