Nunca se sabe qué esperar con Elon Musk. El sujeto prácticamente en cada oportunidad que ha tenido ha venido a generar alguna disrrupción de cualquier tiempo en diversas áreas de la industria tecnológica.
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Tal vez el ejecutivo no pasa por el mejor de sus momentos, en particular ahora que corre el escándalo con Twitter y el fiasco de la compra de la compañía que lo llevará a los tribunales.
Pero en paralelo pareciera que todo los demás proyectos de Elon Musk gozan de un gran momento de éxito. Ahí está el ejemplo de SpaceX y al parecer también se viven grandes avances con Neuralink.
Sí, estamos hablando de ese proyecto que busca generar autómatas con alta tecnología de inteligencia artificial en su sistema.
Efectivamente, es esa misma firma que busca crear versiones digitales de las memorias y recuerdos de las personas.
Algo que parece sacado de algún episodio malo de Black Mirror. Pero también parece que la ficción ya nos alcanzó.
Elon Musk y su consciencia en la nube
Para no perder la costumbre de lo que resulta ya habitual, todo sucedió a través de su cuenta oficial de Twitter. Ahí, según relatan los colegas de Benzinga Crypto, el CEO de Tesla confesó haber tenido una conversación con una versión virtual de sí mismo después de “subir” su cerebro a la nube.
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Todo esto se dio a conocer de manera casual como una respuesta a una pregunta retorcida que hizo el creador de Dogecoin, Shibetoshi Nakamoto, en su propia cuenta oficial de Twitter:
Para variar Musk no dio detalles precisos y todo fue una simple respuesta a un planteamiento publicado por la cuenta de Nakamoto.
La publicación según marca la propia cuenta de Twitter se hizo el pasado 18 de julio de 2022, pero es hasta una semana después que ha hecho ruido en distintos medios especializados y entre la comunidad tecnológica.
Lo cierto es que por la naturaleza de la publicación y el historial de antecedentes de Musk todo apunta a que en realidad se estaba refiriendo a su trabajo con Neuralink.
Esta compañía trabaja en el desarrollo de una interfaz cerebro-computadora, de modo que plataformas tecnológicas puedan interactuar con el cerebro directamente con el acto de sólo pensar.
Pero, en teoría no están lo suficientemente avanzados como para subir una consciencia completa a la nube. Encima de que no cuentan siquiera con las aprobaciones obligatorias de las autoridades correspondientes.
Así que la respuesta en Twitter podría ser considerada como una suerte de broma. O tal vez pronto se pueda confirmar que es todo lo contrario.