Inspirados por una reciente carta de amor damos un recorrido por el pasado para dedicarle también una merecidas palabras a la piedra angular de la productividad administrativa en tu oficina: VisiCalc, un programa nativo de las computadoras Apple que bien podría ser considerado como el abuelo de Excel.
Francamente tras vivir el cruento arranque de la pandemia nos ha entrado una fuerte carga de nostalgia por lo que era el mundo y la tecnología antes del arribo de internet.
Ese mundo en transición en donde las computadoras y los programas más básicos de software eran algo novedoso y hasta casi futurista.
Muchos de nuestros lectores tal vez conocieron las computadoras de escritorio como un herramienta con monitores a todo color que corren sobre sistemas operativos robustos como Windows o MacOS.
Pero no siempre fue así, el asunto comenzó a tomar más o menos la forma que conocemos ahora a finales de los 90. Pero, para cuando comenzó a darse tal evolución esta clase de tecnología ya tenía décadas en el planeta.
La leyenda de VisiCalc
El año es 1979, la labor administrativa y de contabilidad se sigue haciendo como en el siglo pasado: con papel, lápiz y herramientas de cálculo.
En ese momento de la historia el mejor y más común aliado de un contador era su libreta de registros cuadriculada en celdas, su mente, su lápiz y su calculadora mecánica.
Pero en ese año sucedió un cambio muy importante, la empresa VisiCorp, tal vez sin dimensionarlo, hizo historia con la liberación de VisiCalc, nombre que se derivó de la suma de Visible y Calculator, un sencillo pero revolucionario programa administrativo de cálculo.
Esta pieza de software se volvió fundamental para la Apple II y su popularidad de ambas creció de la mano indiscutiblemente. Si bien los programas de este tipo tenían por lo menos un par de décadas existiendo su nivel era o demasiado complicado o bastante rudimentario.
VisiCalc fue el primero en lograr ese balance urgente donde la gama de posibilidades era amplia y la interfaz resultaba lo suficientemente amigable como para aventurarse.
Desarrollado en conjunto por Bob Frankston y Dan Bricklin este programa aplicaba las funciones de cálculo más avanzadas pero también permitía editar los registros de cada cifra.
Esto significaba que ahora era posible deshacer errores y enmendar fallas de cálculo sobre la marcha. Lo que representaba no tener que empezar desde cero.
Para la siguiente década nació su primer gran competidor: Lotus 1-2-3, un software para PC que sólo representó la antesala al nacimiento de Excel.
