Todos necesitamos una mano derecha. Alguien que nos diga que nos podemos equivocar. En el caso de Elon Musk, alguien que cuide su dinero y se encargue del tan necesario trabajo sucio. Su nombre es Jared Birchall.
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Durante los últimos seis años, Birchall ha organizado présamos masivos, contratado guardaespaldas, ha vendido casas, ha dirigido Neuralink y hasta ha desenterrado la suciedad de los enemigos de Musk.
Birchall, un hombre de 47 años, es la sombra del magnate y una persona que sabe vivir entre la oscuridad. Según un informe de Infobae, sus antiguos compañeros de clase en la universidad no lo recuerdan, ni los que convivieron con él en su antiguo trabajo en Merrill Lynch, donde fue despedido por mala conducta.
En 2010 dio el salto a Morgan Stanley, donde reconocieron que era bueno en la gestión de las fortunas de los millonarios. En ese momento, recibió la llamada de Elon.
Jared Birchall también está al frente de la oficina familiar Excession y gestiona muchos de los emprendimientos personales de Musk. La gente que conoce a Birchall lo describe como un tipo apacible que es esencialmente el ‘fixer’ (solucionador de problemas) del caprichoso multimillonario.
O como lo catalogan otros, es el monje negro, el hombre clave con cuotas significativas de poder y bajo nivel de exposición pública. Ideal para el CEO de Tesla y SpaceX.
Birchall, en escena tras la compra de Twitter
La adquisición de Twitter por 44 mil millones de dólares ha elevado el ya considerable perfil de Elon Musk, pero también ha centrado la atención en Birchall, quien formaba parte de un pequeño círculo que se comunicaba con Wall Street para conseguir préstamos claves para el acuerdo.
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Birchall, de origen neoyorquino, también fue vital para que un grupo de inversores aportara más de 7.000 millones de dólares de capital, incluyendo a la bolsa de criptomonedas Binance, que a través de una fuente filtró que la mano derecha de Musk fue una de las personas que los contactó.
Es posible que el propio Birchall haya creado su propia riqueza, aunque no se acerque a los niveles estratosféricos de su jefe, que asciende a casi 250 mil millones de dólares según Bloomberg, pero la mano derecha de Elon Musk ingresa entre 1 y 3 millones al año.
Esa remuneración puede ser muy superior en función de las responsabilidades, especialmente si incluye la gestión directa del dinero mediante la elección de acciones o fondos de cobertura en los que invertir.
A diferencia de su jefe, con sus más de 90 millones de seguidores en Twitter, la presencia online de Birchall es mínima. Sigue a 40 personas en Twitter, incluyendo a Musk y a todas sus empresas, y nunca ha tuiteado ni le ha gustado un tuit. Es más activo en Facebook, publicando fotos de sus cinco hijos junto a vídeos y mensajes de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Un hombre de fe.
Clave en el trabajo sucio
Jared Birchall fue quien se encargó en 2018 de desenterrar los trapos sucios del hombre de la demanda que ganó Elon Musk por difamación tras llamar pedófilo a uno de los rescatistas de los niños de la cueva de Tailandia. Alex Spiro, abogado de Musk, también desempeñó un rol clave.
En otro contexto, Birchall, usando un apodo de James Brickhouse, contrató a un estafador que decía ser un investigador privado. El monje negro dijo en su testimonio que había utilizado el alias de Brickhouse antes para hacer cosas como planificar el viaje de Musk y comprar un dominio web: justballs.com. El magnate finalmente ganó el caso.
En años más recientes, Birchall ha actuado de enlace con organizaciones sin ánimo de lucro en nombre de la fundación de Musk, como el compromiso de 100 millones de dólares para el XPrize Carbon Removal.
Por el dinero de Elon Musk, Jared Birchall se preocupará tanto como su imagen, un reto difícil en su carrera como mano derecha tomando en cuenta lo irreverente que puede ser el multimillonario ante los ojos de la opinión pública.