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Detectan extraño caso de hongo de moho negro en el cerebro de un hombre en Estados Unidos

El paciente ha luchado por su vida en los últimos cuatro años.

Tyson Bottenus BuzzFeed

Si eres uno de los 120 casos registrados en la historia de la humanidad de Cladophialophora bantiana, eres noticia y tienes mala suerte. La historia de Tyson Bottenus, de 35 años, se hizo viral rápidamente. Su diagnóstico: hongo de moho negro en su cerebro.

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Este extraño hongo hace que en el cerebro se propague una especie de moho negro, que deja consecuencias bastante alarmantes. Tyson, un tipo normal de Rhode Island, Estados Unidos, es el caso 120 registrado de esta anomalía desde 1911, y la mitad de los enfermos se han documentado en la India.

En su caso, el hongo ha estado causando síntomas desde hace cuatro años y los expertos han asegurado que el paciente tiene suerte de estar vivo, ya que el moho negro mata a más del 70 por ciento de sus anfitriones.

La batalla de Tyson es también de decenas de expertos, que han incluso utilizado medicina moderna para poder mantener con vida al hombre.

Tyson Bottenus

Todo empezó en un viaje a Costa Rica

El calvario de Tyson comenzó hace cuatro años, cuando él y su prometida, Liza, decidieron celebrar su compromiso yendo juntos en bicicleta a Costa Rica.

De acuerdo a lo narrado en el sitio web de Oddity Central, el viaje romántico se complicó cuando Tyson se cayó accidentalmente de su bicicleta y se raspó el codo izquierdo. No era la lesión más grave, así que simplemente enjuagó y vendó la herida lo mejor que pudo, y una enfermera la revisó temprano a la mañana siguiente.

No era una lesión grave, una herida común al parecer. Se enjuagó un poco, una enfermera lo revisó a la mañana siguiente y aseguró que no había nada de qué preocuparse.

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Tres semanas después, Tyson comenzó a experimentar síntomas extraños: frecuentes dolores de cabeza severos, parálisis facial e incluso dificultades para reír.

El estadounidense llamó a su médico de confianza, quien le sugirió una resonancia magnética. La misma mostró un círculo extraño en el medio de su cerebro.

Tyson se hizo una pruebas de cisticercosis, una enfermedad cerebral que se contrae al comer carne de cerdo cruda, de la enfermedad de Lyme, tuberculosis, SIDA y múltiples cánceres cerebrales, pero todas arrojaron negativo.

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El diagnóstico y las consecuencias

Después de dos biopsias cerebrales fallidas, en el intento, los médicos del Hospital General de Massachusetts descubrieron la causa de los problemas de Tyson. Mientras hacían pruebas para detectar otro tipo de cáncer cerebral, encontraron un hongo en su cerebro, que las pruebas de laboratorio confirmaron que era Cladophialophora bantiana o moho negro.

Los médicos no saben exactamente cómo se infectó Tyson, pero sospechan que entró en su cuerpo a través de la herida del codo.

El hombre de 35 años recibió un tratamiento de medicamentos antimicóticos orales y esteroides para combatir la hinchazón y el líquido que el moho estaba causando en el cerebro. Desafortunadamente, no funcionó tan bien como él y los médicos esperaban.

En marzo de 2020, Tyson dejó de tomar esteroides por temor a que debilitara su sistema inmunológico y lo expusiera a la infección por COVID-19, pero no se lo dijo a sus médicos. Ese mes sufrió un derrame cerebral y tuvo que ser trasladado de urgencia al hospital.

Su visión se vio gravemente afectada, su escritura estaba torcida y su habla se volvió arrastrada y ronca. Su presión intracraneal era 15 veces mayor que lo normal.

Afortunadamente, una cirugía restauró la visión de Tyson, pero todavía no puede conducir un automóvil o navegar en un bote, como solía hacerlo. Continúa viviendo con el moho en su cerebro, porque su ubicación hace que sea imposible extirparlo quirúrgicamente, y hasta ahora todas las drogas experimentales han fallado.

Tyson Bottenus

Aún así, no ha perdido la esperanza: “Mi voz todavía es extraña y mi memoria a corto plazo no es buena. No puedo caminar por la calle sin perderme, pero puedo escribir un ensayo de 20 páginas”.

Antes de que todo esto sucediera, estaba muy seguro de muchas cosas, pero este capítulo me ha enseñado a aceptar realmente la incertidumbre de la vida. Nadie espera encontrar un hongo creciendo en su cerebro, pero cuando lo hace, es importante hacer un balance de su vida y descubrir quién puede ayudarlo a resolver el problema”.

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