Una lluvia de objetos prendidos en fuego iluminó la noche del Océano Atlántico, la noche de este jueves 6 de marzo. Se trató de una de las partes de la nave Starship, de Spacex, empresa de Elon Musk, que estalló mientras realizaba su octava prueba de lanzamiento.
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Con este megacohete, es que Elon Musk pretende realizar las futuras misiones tripuladas a la Luna y a Marte, pero también quiere usarlos para llevar cargas útiles a las estaciones espaciales o poner satélites en la órbita de la Tierra.
La nave Starship es una mega obra de ingeniería, cuyo objetivo es la reutilización de naves espaciales de largo alcance, para mejorar viajes más óptimos hacia las afueras de nuestro planeta.
No todo fue fracaso
El hecho de que la nave espacial haya explotado mientras intentaba regresar a tierra firme, no quiere decir que fue un fracaso rotundo.
El sitio oficial de SpaceX señala, uno por uno, los éxitos alcanzados en esta octava prueba de lanzamiento.
En primer lugar, remarcan que el cohete Super Heavy encendió con éxito sus 33 motores Raptor e impulsó a Starship a través de un ascenso nominal en la primera etapa.
Después de eso logró apagar 30 motores y dejó tres encendidos para la separación de las partes en caliente, tal y como lo habían programado. Posteriormente Starship encendió seis motores, se separó del Super Heavy y siguió en ascenso hacia la atmósfera.
Mientras Starship subía, el cohete regresó a la base de lanzamiento, de manera exitosa, en lo que significó la tercera captura exitosa de su historia. Todos estos elementos fueron considerados como un éxito para SpaceX, Elon Musk y todos los que trabajan en sociedad con esta compañía.
La explosión
Con el Super Heavy seguro en casa, la nave Starship comenzó a registrar problemas.
“Antes de finalizar el ascenso, un evento energético en la parte trasera de la Starship provocó la pérdida de varios motores Raptor. Esto, a su vez, provocó la pérdida del control de actitud y, en última instancia, la pérdida de las comunicaciones con la Starship”, informó SpaceX a través de un comunicado.
La explosión fue inevitable, pero afortunadamente se dio dentro de la zona permitida, en la que el público que presenció la prueba y las zonas costeras cercanas o embarcaciones marinas quedaron fuera de peligro. Los restos cayeron en lo que la empresa llama “zona de escombros”, donde intentarán ser recuperados.