La NASA ha tomado la decisión de desactivar ciertos instrumentos científicos a bordo de las sondas Voyager 1 y 2, en un esfuerzo por extender la vida útil de estas históricas misiones. Esta acción responde a la inevitable disminución de energía que experimentan las sondas a medida que envejecen.
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El 25 de febrero, la NASA desactivó el subsistema de rayos cósmicos de la Voyager 1, y el 24 de marzo, se desactivará el instrumento de partículas cargadas de baja energía de la Voyager 2. Estas medidas son necesarias debido a la pérdida gradual de potencia de las sondas, que disminuye aproximadamente 4 vatios por año.
A pesar de la desactivación de algunos instrumentos, la NASA mantendrá operativos aquellos considerados esenciales para la misión. Entre ellos se encuentran el magnetómetro y el subsistema de ondas de plasma, que proporcionan datos cruciales sobre los campos magnéticos y el plasma en el espacio interestelar.
Las sondas Voyager han enfrentado diversos desafíos técnicos debido a su longevidad. Recientemente, la NASA logró restablecer la comunicación con la Voyager 1 tras un fallo en su memoria interna, y también corrigió la orientación de la sonda utilizando propulsores secundarios inactivos durante décadas.
La NASA espera que las medidas tomadas permitan que las sondas Voyager continúen transmitiendo datos científicos hasta la década de 2030. Suzanne Dodd, jefa del proyecto Voyager, destacó que la desactivación de instrumentos es crucial para evitar el fin prematuro de la misión.
Las sondas Voyager, lanzadas en 1977, han proporcionado información invaluable sobre el sistema solar y el espacio interestelar. A pesar de los desafíos técnicos, la NASA continúa trabajando para mantener estas históricas misiones operativas el mayor tiempo posible.
