En el mundo existen esos superhéroes anónimos que están ahí, salvando el día sin que se lo pidamos y si quiera reciban reconocimiento por ello. Eso es el campo magnético terrestre, una especie de escudo invisible que rodea nuestro planeta y es generado por el movimiento de metales líquidos en el núcleo externo de la Tierra, principalmente hierro y níquel. Este campo magnético cumple una función vital al protegernos de las peligrosas partículas cargadas provenientes del Sol, conocidas como viento solar y ahora, se busca preservar gracia a la misión Magnetospheric Multiscale de la NASA.
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Es prácticamente invisible al ojo humano pero sin él, la vida en la Tierra tal como la conocemos sería imposible. Las partículas del viento solar erosionarían nuestra atmósfera, exponiéndonos a niveles letales de radiación. Si bien detiene elementos provenientes del espacio, este escudo protector no es impenetrable y actualmente presenta importantes deformaciones.
Estas abolladuras son causadas principalmente por el aumento en la intensidad del viento solar. Cuando este viento solar es más fuerte, ejerce una mayor presión sobre el campo magnético terrestre, deformando la magnetosfera, la región del espacio donde domina el campo magnético de la Tierra.
Las consecuencias de estas deformaciones son múltiples y pueden afectar tanto a la tecnología como al clima espacial. Por ejemplo, las abolladuras en la magnetosfera pueden interferir con el funcionamiento de satélites, sistemas de navegación y comunicaciones, que dependen de la estabilidad del campo magnético para operar correctamente. Además, las tormentas solares asociadas a estas deformaciones pueden generar auroras boreales y australes, pero también pueden causar interrupciones en las redes eléctricas y comunicaciones en la Tierra.
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Para comprender mejor estos fenómenos y sus implicaciones, la NASA ha lanzado la misión MMS (Magnetospheric Multiscale), con el objetivo de estudiar en detalle la magnetosfera y las interacciones entre el viento solar y el campo magnético terrestre. Gracias a esta misión, los científicos pueden obtener una visión más clara de cómo se forman las abolladuras en el escudo magnético y cómo estas afectan nuestro planeta.
El campo magnético terrestre es una barrera esencial para la vida en la Tierra, pero su estabilidad está constantemente desafiada por el viento solar. Las abolladuras en el escudo magnético, aunque son un fenómeno natural, tienen importantes implicaciones para nuestra tecnología y nuestra comprensión del espacio que nos rodea