Después de casi dos décadas de estar entre las sombras, una plataforma de lanzamiento en Florida se prepara para un momento histórico en la historia de la empresa espacial, Blue Origin. La compañía espacial fundada por Jeff Bezos, está a punto de llevar a cabo el vuelo inaugural de su cohete New Glenn. Con una altura de casi 98 metros, este vehículo espacial representa una nueva era para la compañía y una seria competencia para SpaceX.
El lanzamiento, programado para la próxima semana desde la Estación Espacial de Cabo Cañaveral, marcará el primer intento de Blue Origin de colocar un objeto en órbita terrestre. El cohete, compuesto por una primera etapa propulsora reutilizable y una segunda etapa con capacidad de carga, está diseñado para transportar satélites y otras cargas útiles al espacio. La primera etapa, bautizada como Jacklyn en honor a la madre de Bezos, intentará un aterrizaje vertical en una plataforma marítima, similar a lo que SpaceX ha logrado con sus cohetes Falcon 9.
El éxito del New Glenn es crucial para los ambiciosos planes de Blue Origin. La compañía busca competir por contratos de lanzamiento gubernamentales, transportar satélites para Amazon y, a largo plazo, construir una estación espacial comercial. El cohete, que lleva el nombre del astronauta estadounidense John Glenn, ha sido objeto de desarrollo durante varios años y se espera que pueda poner en órbita cargas útiles de hasta 45 toneladas métricas.
Aunque los retrasos son comunes en la industria aeroespacial, el desarrollo ha sido más lento de lo previsto inicialmente. Sin embargo, Blue Origin ha adoptado un enfoque conservador, priorizando la fiabilidad y la seguridad sobre la velocidad. La compañía ha comparado su estrategia con la fábula de “La tortuga y la liebre”, enfatizando la importancia de la paciencia y la constancia.
Para este primer vuelo, el New Glenn llevará una carga útil ficticia, una práctica común en los lanzamientos inaugurales de nuevos cohetes. Esta medida permite a los ingenieros evaluar el rendimiento del vehículo y realizar ajustes si es necesario. A pesar de los desafíos, el éxito del New Glenn podría reconfigurar el panorama de la industria espacial, ofreciendo a los clientes una nueva opción para acceder al espacio.
