Un nuevo estudio titulado como “Revelando la naturaleza de hielo y gas del centauro activo (2060) Quirón utilizando el Telescopio Espacial James Webb” que fuera publicado en la revista de investigación cientifica Astronomy & Astrophysics, apoyado por el telescopio James Webb, ha sorprendido a la comunidad científica con un descubrimiento que podria explicar el misterio que sigue rodeando al origen de los cometas. Ahora, el telescopio más potente que posee la humanidad puso el ojo en un objeto espacial bautizado como Quirón que se encuentra ubicado entre las órbitas de Júpiter y Neptuno.
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El objeto que hasta la fecha ha sido claficiado como un “centauro” a consecuencia de sus características híbridas entre cometa y asteroide, ha sido objeto de estudio durante décadas. Sin embargo, gracias a la potencia del James Webb, los astrónomos han podido conocer respuesta a algunos de sus misterios más profundos. Al analizar su composición, los científicos han detectado la presencia de dióxido de carbono congelado y monóxido de carbono en su núcleo helado, así como dióxido de carbono y metano en la nube de gas que lo rodea.
Estos descubrimientos no solo aportan nuevas pistas sobre la naturaleza de los centauros, sino que también nos dan una pista del pasado que tuvo nuestro Sistema Solar. Al estudiar la composición de Quirón, los investigadores pueden obtener información valiosa sobre las condiciones que existían en los primeros momentos de nuestra formación planetaria.
Cabe señalar que las observaciones del James Webb han revelado un escenario complejo en el interior de Quirón. Lo anterior a gracias a que presenta diferentes gases en distintas fases, sugiriendo que este objeto se encuentra está experimentando procesos de sublimación, es decir, la transformación directa de un sólido a un gas. Un fenómeno provocado por el calor del Sol que está provocando la liberación de diversos compuestos químicos hacia el espacio.
Además del dióxido de carbono y el monóxido de carbono, los astrónomos también han detectado en Quirón hielo de agua y moléculas orgánicas como el etano y el propano. Estos compuestos podrían haber sido capturados por Quirón durante la formación del Sistema Solar, lo que lo convierte en una especie de cápsula del tiempo que conserva información sobre los inicios de la parte del universo que habitamos.
La valía de este descubrimiento radica en que se convierte en una oportunidad única para estudiar los procesos de evolución planetaria. Al observar estos objetos híbridos, los científicos pueden comprender mejor cómo se formaron y evolucionaron los cuerpos más pequeños del Sistema Solar, así como los mecanismos que dieron lugar a la diversidad de mundos que hoy conocemos.