Una nueva constelación de meteoritos o asteroides fue captada dentro del Sistema Solar. Alrededor de 138 rocas espaciales, ubicadas entre las órbitas de Marte y Júpiter, alarmaron a la comunidad científica, ya que se estaban moviendo entre el misterio de las sombras, de manera imperceptible.
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De acuerdo con un informe de Urban Tecno, estas rocas tienen tamaños que pueden variar dependiendo de cada una. Sin embargo, estiman que sus diámetros están entre lo que mide un autobús o un campo de fútbol. Eso representa una amenaza para una ciudad entera, en caso de que impacten contra la Tierra. Pero no atentan contra la vida de toda nuestra civilización.
No obstante, los científicos están sorprendidos con su hallazgo, ya que tras siglos de observaciones a los astros y rocas que abundan dentro del Sistema Solar, estas 138 rocas habían pasado desapercibidas. Entonces, claramente todos nos preguntamos si hay rocas más grandes que no se han descubierto y están encaminadas a impactar contra la Tierra.
Pero la realidad es que no hay nada de qué preocuparse, ya que precisamente esta investigación resalta porque los científicos fueron capaces de detectar rocas pequeñas en el espacio.
“Hemos sido capaces de detectar objetos cercanos a la Tierra de hasta 10 metros de tamaño cuando están realmente cerca de la Tierra. Ahora tenemos una forma de detectar estos pequeños asteroides cuando están mucho más lejos, por lo que podemos realizar un seguimiento orbital más preciso, que es clave para la defensa planetaria”, dijo Artem Burdanov, científico investigador del Departamento de Ciencias de la Tierra, Atmosféricas y Planetarias del MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts).
¿Estamos preparados para el impacto de una roca espacial?
La realidad es que no. Si una roca de un diámetro de 20 kilómetros se viniera con todo hacia nosotros no tendríamos forma de detenerla.
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Pero al mismo tiempo vivimos en una era en la que estamos más preparados que nunca. En comparación con décadas o siglos anteriores, la ciencia ha avanzado en pro de poder cambiar el curso de una roca espacial que atente contra nuestra seguridad.
Ejemplo de esto es el proyecto DART (Double Asteroid Redirection Test), liderado por la NASA. La misión demostró una técnica de defensa planetaria conocida como impacto cinético que tenía como objetivo cambiar ligeramente su órbita.
La misión se enfocó en el sistema de asteroides binario Didymos y su pequeña luna, Dimorphos. En septiembre de 2022, la nave DART, del tamaño de un automóvil, se estrelló deliberadamente contra Dimorphos a una velocidad de 24.000 km/h. El impacto logró alterar la órbita de Dimorphos alrededor de Didymos, demostrando que la tecnología funciona.
Sólo es cuestión de tiempo para mejorar esta tecnología y poder ejecutarla contra cualquier objeto que nos amenace desde el espacio.