En una investigación publicada en la revista Nature bajo el nombre de “Un pequeño y vigoroso agujero negro en el Universo temprano” equipo internacional de científicos de la Universidad de Cambridge liderados por Ignas Juod’balis y Roberto Maiolino, ha realizado un gran descubrimiento que podría desafiar nuestras teorías sobre la formación de los agujeros negros. Utilizando el telescopio espacial James Webb, han detectado un agujero negro supermasivo en el universo temprano, cuando este tenía apenas 800 millones de años.
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Lo increíble de este descubrimiento es que contrario a lo que se podría pensar gracias a su masa equivalente a 400 millones de soles, este agujero negro se encuentra en un estado de inactividad casi total. A diferencia de otros agujeros negros que devoran vorazmente la materia a su alrededor, este gigante cósmico apenas consume el material necesario para sobrevivir.
“Este agujero negro es un verdadero enigma”, afirma Ignas Juod’balis, autor principal del estudio. “Su tamaño es descomunal, pero su apetito es minúsculo. Es como encontrar un león durmiendo en una jaula”.
Los investigadores creen que este comportamiento inusual podría haber sucedido gracias a que los agujeros negros pasan por ciclos de crecimiento rápido y largos períodos de inactividad. Durante las fases de crecimiento acelerado, los agujeros negros pueden superar los límites teóricos de acumulación de masa. Sin embargo, la mayor parte de su existencia la pasan en un estado de reposo profundo.
“Es como si estos agujeros negros tuvieran una especie de hibernación cósmica”, explica Maiolino, coautor del estudio. “Pasan millones de años creciendo rápidamente y luego cientos de millones de años durmiendo”.
Este descubrimiento plantea nuevos interrogantes sobre cómo se forman y evolucionan los agujeros negros supermasivos. Los modelos cosmológicos actuales podrían necesitar ser revisados para explicar la existencia de estos gigantes cósmicos en las primeras etapas del universo.
“Este hallazgo nos muestra que aún tenemos mucho que aprender sobre los agujeros negros y el universo en el que vivimos”, concluyó Maiolino. “El telescopio James Webb está revolucionando nuestra comprensión del cosmos y nos está permitiendo descubrir objetos y fenómenos que nunca antes habíamos imaginado”.