En 1971, la nave espacial Mariner 9 de la NASA llegó a Marte lista para echar un vistazo a su superficie... pero había un pequeño problema: no podía ver absolutamente nada. El planeta estaba envuelto en una nube gigantesca de polvo, como parte de una de esas tormentas épicas que solo Marte sabe hacer, y que literalmente cubren todo el planeta.
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Estas tormentas marcianas no son cualquier cosa. Imagina partículas diminutas de polvo volando a toda velocidad y cubriendo cada rincón. Son tan intensas que han destruido más de un robot explorador y ahora tienen a los científicos rascándose la cabeza para entender cómo se forman y cómo podríamos sobrevivir a ellas en futuras misiones humanas.
¿Qué Causa Estas Tormentas Tan Locas?
Un equipo de científicos de la Universidad de Colorado Boulder se puso a investigar estas tormentas utilizando el Orbitador de Reconocimiento de la NASA y descubrió un patrón interesante: el calor es el culpable. Cuando el sol calienta la superficie marciana, el aire sobre ella se vuelve más ligero y comienza a elevarse, llevándose consigo toneladas de polvo. Es como si Marte dijera: “Hoy quiero ser un globo de nieve, pero con polvo”.
Según Heshani Pieris, estudiante de la Universidad de Colorado y líder del estudio, “Es como si Marte tuviera que esperar a que el aire se aclare lo suficiente para lanzar una tormenta de polvo épica”. Y épica es poco decir.
¿Qué Tan Grandes Pueden Ser?
Si piensas que una tormenta de arena en el desierto terrestre es intensa, en Marte lo llevan a otro nivel. Estas tormentas pueden durar semanas y cubrir áreas tan grandes que se ven desde la Tierra con telescopios. ¿Te imaginas mirar al cielo y ver cómo Marte literalmente se transforma en una bola marrón?
Y no es algo que pase de vez en cuando. Cada año marciano (que equivale a casi dos años terrestres) hay tormentas grandes, y cada tres años marcianos (unos 5,5 años aquí), el planeta entero queda cubierto por una tormenta global de polvo. Sí, todo el planeta, como si se pusiera una gigantesca sábana de tierra encima.
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Un buen ejemplo fue en 2018, cuando una tormenta de este tipo apagó para siempre al querido rover Opportunity. Después de años explorando Marte, este pequeño robot no pudo sobrevivir a que sus paneles solares quedaran completamente sepultados bajo el polvo.
Marte y la Tierra: Más Similares de lo Que Crees
Aunque Marte tiene su propio estilo dramático, las tormentas de polvo no son exclusivas del planeta rojo. En la Tierra también tenemos tormentas similares cuando el calor eleva partículas de polvo al aire. La gran diferencia es que en Marte todo se hace a lo grande: las tormentas cubren países enteros (o en su caso, continentes marcianos), duran semanas y son mucho más frecuentes.
Pero, ¿cómo es posible que algo tan bonito como un día cálido y soleado sea el precursor de un apocalipsis polvoriento? Básicamente, el sol calienta la superficie, el aire se vuelve más ligero y todo ese polvo marciano decide empezar a flotar y a viajar con el viento.
¿Por Qué Esto Importa Para el Futuro?
A medida que la NASA se prepara para enviar humanos a Marte en la década de 2030, estas tormentas son uno de los desafíos más grandes que enfrentamos. No solo pueden interrumpir las comunicaciones y cubrir los paneles solares, sino que también representan un riesgo para la seguridad de los astronautas y sus equipos.
Por eso, los científicos están trabajando duro para entenderlas mejor y, sobre todo, predecir cuándo podrían desatarse. Saber cuándo y dónde podrían ocurrir estas tormentas ayudaría a planificar misiones y a proteger tanto a los astronautas como a los robots que enviemos.
Marte: Hostil Pero Fascinante
Las tormentas de polvo en Marte son un recordatorio de que explorar el espacio no es un paseo por el parque (ni siquiera un parque lleno de polvo). Son impresionantes, impredecibles y un desafío gigantesco para la exploración humana. Pero también son una parte clave de lo que hace a Marte tan fascinante.
Con cada nueva misión y cada dato que recopilamos, entendemos un poco más este mundo tan extraño y hostil. Puede que Marte no nos esté poniendo la alfombra roja (más bien una alfombra de polvo), pero con cada descubrimiento nos acercamos un poco más a hacerlo nuestro próximo gran destino.
Así que, la próxima vez que mires al cielo y pienses en Marte, recuerda: es un planeta increíble, pero no te olvides del casco y los limpiaparabrisas. Marte no juega limpio cuando se trata de polvo.