Los avances de la humanidad en materia espacial, no se pueden contar sin mencionar el nombre del Cosmódromo de Baikonur. Ubicado en el sur de Kazajistán, esta obra de mega ingeniería fue el punto de partida para lanzamientos históricos del entonces programa de exploración del cosmos de la extinta Unión Soviética.
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Todavía sigue en manos de Rusia, por un comodato que se termina en el 2050, pero muchos de sus galpones están ya abandonados y se ganaron la calificación de “ruinas”.
Este puerto espacial, inaugurado en 1955, fue el lugar de los hitos más importantes de la exploración espacial soviética, como el lanzamiento del Sputnik 1, el primer satélite artificial, y el despegue de Yuri Gagarin, el primer humano en el espacio. Sin embargo, tras el colapso de la Unión Soviética, gran parte de sus instalaciones han caído en desuso, y algunas se encuentran en ruinas, según reseña el Diario ABC.
El Cosmódromo sigue en actividad. Desde esta zona es que Rusia hace los lanzamientos hacia la Estación Espacial Internacional. Sin embargo, los hangares que albergaron el ambicioso programa Burán, han sido olvidados. Las imágenes de estas estructuras muestran prototipos deteriorados, acumulando polvo en un entorno que una vez representó la cúspide de la ingeniería espacial.
Eso no borra el legado que dejó el programa Burán, respuesta de los soviéticos al transbordador espacial de la NASA, que superó en muchas cosas a la tecnología estadounidense.
El histórico Burán
Este programa, iniciado en 1974, buscaba igualar e incluso superar las capacidades del sistema estadounidense. Aunque el Burán solo realizó un vuelo no tripulado en 1988, demostró avances tecnológicos que lo colocaron por encima de su contraparte en varios aspectos clave
Uno de ellos fue la automatización. A diferencia del transbordador de la NASA, que requería una tripulación humana para operar, el Burán completó su único vuelo y aterrizaje de manera completamente autónoma. Esto evidenció una integración tecnológica avanzada, reduciendo riesgos humanos en las misiones.
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Otro de los aspectos de esta nave es que utilizaba el cohete Energía para su lanzamiento, un sistema modular diseñado para múltiples usos. A diferencia de los cohetes específicos de la NASA, el Energía podía adaptarse a diferentes cargas útiles, desde el Burán hasta satélites pesados.
Aunque visualmente similares, el Burán tenía una mayor capacidad de carga y fue diseñado con un enfoque más robusto, priorizando la seguridad en misiones críticas.