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Este es el lugar ideal para buscar vida en Marte, según la NASA

Esta zona, seguramente, será uno de los sitios sitios más interesantes para la exploración futura.

Cañón Dao de Marte
Cañón Dao de Marte Este es el lugar ideal para buscar vida en Marte, según la NASA

El Cañón Dao en Marte, capturado en una imagen en 2009 por el Mars Reconnaissance Orbiter, es uno de los recientes puntos de interés de la NASA. En la imagen, se observa un material blanco que podría ser “polvo con hielo” en la superficie marciana.

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Y, aunque parece simple a primera vista, esta imagen ha desatado grandes teorías sobre la posibilidad de agua líquida y hasta vida en el Planeta Rojo.

Charcos de agua en el hielo marciano

Según una reciente investigación publicada el 17 de octubre en Communications Earth & Environment de Nature Portfolio, un equipo de la NASA ha utilizado modelos informáticos para demostrar que podría haber charcos de agua dentro del hielo polvoriento de Marte.

La mezcla de polvo y hielo parece funcionar de una manera única: cuando la luz solar incide en el polvo oscuro, este absorbe el calor y derrite el hielo circundante, creando pequeñas “piscinas” de agua líquida bajo la superficie. Estos charcos podrían tener entre 60 y 90 centímetros de profundidad y ser el hogar perfecto para microorganismos. 🌊

¿Cómo se forman estos charcos?

Los científicos creen que el hielo mezclado con polvo marciano se formó por capas de nieve que cayeron durante glaciaciones en los últimos millones de años. Esta nieve se mezcló con polvo, solidificándose y formando una capa de hielo especial.

El polvo, al ser más oscuro que el hielo puro, absorbe la luz solar y genera calor, derritiendo el hielo a su alrededor y formando estos charcos subterráneos.

El equipo de investigación estima que la luz solar podría llegar a penetrar hasta 3 metros en el hielo, lo cual es suficiente para permitir la fotosíntesis, proceso fundamental para los ecosistemas.

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Esto sugiere que los charcos podrían albergar vida microscópica, especialmente en las regiones tropicales de Marte, donde las condiciones de luz y temperatura son más favorables.

Marte y los “agujeros de crioconita” de la Tierra

Este fenómeno no es exclusivo de Marte. En nuestro planeta existen formaciones similares conocidas como “agujeros de crioconita”. En lugares de hielo perpetuo, como en Groenlandia, el polvo transportado por el viento se deposita en la superficie helada, absorbiendo calor y derritiendo el hielo a su alrededor.

A medida que el hielo se derrite, el polvo se va hundiendo en el hielo, formando pequeños charcos en los que pueden prosperar microorganismos. Estos entornos son ricos en vida, con algas, hongos y bacterias que sobreviven en condiciones extremas.

Phil Christensen, coautor del estudio y científico de la Universidad Estatal de Arizona, explicó: “Este fenómeno es común en la Tierra. El polvo actúa como un invernadero, derritiendo el hielo desde el interior y permitiendo que el agua se mantenga líquida a su alrededor”.

¿Podría haber vida en Marte?

La existencia de estos charcos en Marte es un hallazgo emocionante porque ofrece un ambiente potencialmente habitable para formas de vida simples, como microorganismos.

A diferencia de la Tierra, Marte no tiene una capa de ozono que lo proteja de la radiación solar, por lo que la superficie está expuesta a altos niveles de radiación ultravioleta.

Sin embargo, el hielo sobre estos charcos actuaría como un “escudo”, protegiendo a los organismos de esta radiación y permitiendo que vivan a varios metros de profundidad sin verse afectados por el ambiente hostil de la superficie.

Próximos pasos: la búsqueda de vida

Aditya Kular, investigador principal del proyecto en el Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA, sostiene que el hielo polvoriento de Marte es uno de los lugares más accesibles para buscar vida fuera de la Tierra.

Aunque en 2023 ya se había comprobado la existencia de agua líquida en Marte, a unos 11.5 a 20 kilómetros bajo tierra, explorar esas profundidades es una tarea extremadamente difícil con la tecnología actual.

En cambio, los charcos de hielo polvoriento en la superficie representan un objetivo mucho más factible para futuras misiones científicas. El equipo de Kular está identificando posibles lugares donde estos charcos podrían ser explorados, ya sea por robots o, en un futuro, por misiones tripuladas.

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