No se metió en problemas, pero estuvo a punto. Un astrónomo austriaco estaba registrando imágenes del espacio exterior, cuando en sus radares se cruzó el paso de un satélite espía, perteneciente a una de las organizaciones de seguridad más importantes del mundo, en Pentágono, de los Estados Unidos.
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El astrónomo se llama Felix Schöfbänker y usó un telescopio Dobsoniano de 14 pulgadas para registrar el paso de la sonda espacial USA 290. El satélite llamó la atención del investigador, ya que cuenta con un diseño completamente diferente a otros captados anteriormente y se está moviendo en una órbita distinta a la zona de naves espaciales de los alrededores de la Tierra.
El sitio Gizmodo informa que el satélite se lanzó en 2019 a bordo de un cohete Delta IV. En ese entonces, lo describieron como “una carga útil de vigilancia de alto secreto propiedad de la Oficina Nacional de Reconocimiento (NRO)”, dijo la NASA.
La agencia espacial norteamericana suele mandar satélites espías al espacio, que son para el uso de la seguridad nacional e internacional, liderada por el gobierno de los Estados Unidos. Las sondas más comunes que mandan son las KH-11, pero este en especial era distinto, lo que llamó la atención por no estar en los registros de nadie.
La imagen captada por Schöfbänker muestra a un USA 290 con un panel de 5 metros de largo. Podría tratarse de un panel solar, con el que se nutre de energía para seguir funcionando.
“Mi imagen muestra un diseño diferente, que no se parece al típico KH-11. Mi imagen muestra un gran panel rectangular de unos 5 metros de largo”, dijo el astrónomo en una entrevista ofrecida a medios internacionales