El espacio, con su vastedad infinita y sus condiciones inhóspitas, ha sido durante décadas un territorio reservado para los astronautas más experimentados, respaldados por programas espaciales gubernamentales de gran envergadura; sin embargo, los avances en la tecnología espacial y el impulso de emprendedores visionarios como Elon Musk han comenzado a cambiar esta realidad.
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Esta semana, la Misión Polaris Dawn promete ser un hito sin precedentes en la historia de la exploración espacial, llevando a cabo el primer paseo espacial privado, un desafío que pone a prueba los límites de la tecnología y la preparación humana.
Con esta misión, SpaceX se adentra en un territorio ambicioso: un paseo espacial privado a 700 km sobre la Tierra, el punto más lejano al que los humanos han llegado desde las misiones Apolo de la NASA.
La tripulación de Polaris Dawn
La misión, que se extenderá por cinco días, llevará a la tripulación en una órbita elíptica que variará entre 190 km y 1.400 km de la Tierra. Este recorrido los colocará en un entorno de radiación mucho más intenso que el de la órbita baja de la Tierra, lo que supone un riesgo significativo y una oportunidad única para probar nuevas tecnologías que podrían ser esenciales para futuras misiones a la Luna y Marte.
La tripulación de Polaris Dawn está compuesta por cuatro individuos: el multimillonario empresario Jared Isaacman, el piloto retirado de combate Scott Poteet, y dos ingenieras senior de SpaceX: Sarah Gillis y Anna Menon.
Jared Isaacman, fundador de la empresa de pagos electrónicos Shift4, no es ajeno a las misiones espaciales privadas: en 2021, lideró la Misión Inspiration4, la primera misión espacial tripulada completamente privada, también organizada por SpaceX.
Si bien Isaacman ha declinado revelar cuánto ha invertido en esta nueva misión, se estima que la cifra supera los US$ 100 millones. Su visión no solo está impulsada por su pasión por la exploración espacial, sino también por su deseo de impulsar los límites de lo que es posible para los vuelos espaciales comerciales.
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Tecnología innovadora
Uno de los aspectos más innovadores de la Polaris Dawn es la tecnología que será puesta a prueba durante el paseo espacial. Tradicionalmente, los paseos espaciales se realizan desde la Estación Espacial Internacional (EEI), donde los astronautas pueden salir al vacío del espacio a través de una esclusa de aire, una cámara que se despresuriza gradualmente antes de abrirse al exterior; sin embargo, la nave Crew Dragon ha sido modificada específicamente para esta misión, por lo que no cuenta con una esclusa de aire.
En lugar de la esclusa, toda la cabina de la Crew Dragon se despresurizará y se expondrá al vacío espacial. Esto significa que todos los miembros de la tripulación, aunque solo dos de ellos flotarán fuera de la nave, dependerán completamente de sus trajes espaciales para su supervivencia. Estos trajes, diseñados por SpaceX, son más delgados y menos voluminosos que los trajes tradicionales de la NASA, lo que representa un avance significativo en la movilidad y comodidad, pero también un riesgo considerable en términos de protección y funcionalidad.
Los riesgos de la misión
Los riesgos de la Polaris Dawn son considerables y múltiples. A diferencia de las misiones a la EEI, que orbitan a unos 400 km sobre la Tierra, la órbita de Polaris Dawn alcanzará hasta 1.400 km, lo que expondrá a la tripulación a una mayor radiación cósmica y a las partículas cargadas del cinturón de Van Allen, una región donde la radiación es particularmente intensa.
El cinturón de Van Allen es conocido por su capacidad para dañar la electrónica de las naves espaciales y afectar la salud humana. Las partículas cargadas, principalmente provenientes del Sol, pueden causar fallos en los sistemas electrónicos y representar un riesgo significativo para la tripulación.
Para mitigar estos riesgos, SpaceX ha equipado a la Crew Dragon con blindaje mejorado y sistemas de monitoreo de radiación, pero sigue siendo un territorio en gran medida inexplorado para vuelos espaciales comerciales.
Seguridad
El paseo espacial, el punto culminante de la Polaris Dawn, está programado para el tercer día de la misión, pero los preparativos comenzarán mucho antes: unas 45 horas antes del paseo espacial, la tripulación iniciará un proceso conocido como “pre-respiración”, durante el cual se llenará la cabina con oxígeno puro para eliminar cualquier rastro de nitrógeno en el aire.
Esta etapa es crucial, ya que el nitrógeno en el torrente sanguíneo puede formar burbujas que bloquean el flujo sanguíneo y provocan la enfermedad por descompresión, conocida comúnmente como “los dobleces”. Además, los astronautas utilizarán dispositivos de ultrasonido para monitorear la formación de burbujas en su sangre, una medida preventiva que se suma a las numerosas herramientas que se utilizarán durante la misión para realizar experimentos científicos.
Estos experimentos no solo proporcionarán datos valiosos sobre la salud y la seguridad en el espacio, sino que también ofrecerán una visión única sobre cómo los astronautas podrían desenvolverse en superficies como la Luna o Marte, donde las condiciones son aún más extremas.
