Espacio

Llegar a Proxima Centauri podría ser posible con este proyecto de una nave espacial impulsada por un haz de protones

Proxima Centauri está a unos 4.24 años luz de distancia. Tiene un planeta en la zona habitable de su estrella.

La intensa búsqueda de otro planeta en sistemas solares cercanos al nuestro, no cesa en la comunidad científica. La cantidad de estrellas como el Sol y de exoplanetas en la vía láctea y en otras galaxias, es de miles de millones. Entonces, por cuestión de estadística o descarte, en algún lugar debe haber una civilización o vida como la nuestra.

Sin embargo, los científicos no se queman tanto la cabeza con distancias de miles de millones de años luz. Astrónomos, astrofísicos e ingenieros miran hacia Proxima Centauri, que es la estrella más cercana a nuestro Sistema Solar. De hecho, es notoriamente visible en nuestro cielo nocturno.

Pero a pesar de su cercanía, la distancia que nos separa es prácticamente imposible de alcanzar con la ciencia actual que conocemos. Proxima Centauri está a 40 billones de kilómetros; 25 billones de millas; o 4.24 años luz de separación.

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La única manera de acceder, al menos con una sonda espacial, sería con una nave que alcance velocidades cercanas a la velocidad de la luz. La NASA tiene un proyecto que todavía es teórico, pero que tiene posibilidades de volverse realidad: una máquina impulsada por un haz de electrones que nos lleve hacia la estrella masiva.

Podemos ir a Proxima Centauri

El proyecto se llama PROCSIMA (Photon-paRticle Optically Coupled Soliton Interstellar Mission Accelerator), una propuesta innovadora que combina tecnología de haz de fotones y partículas para la propulsión interestelar. Esta iniciativa, financiada por el programa NASA Innovative Advanced Concepts (NIAC), tiene el potencial de hacer realidad la exploración de Próxima Centauri y sus planetas.

PROCSIMA propone una solución que se en la comunidad científica como algo revolucionario a uno de los mayores desafíos de la propulsión espacial: la dispersión del haz a medida que el vehículo espacial se aleja de su fuente de energía.

Los métodos tradicionales de propulsión, como los cohetes químicos, requieren una enorme cantidad de combustible para alcanzar velocidades significativas, lo que limita su viabilidad para misiones de largo alcance. En contraste, PROCSIMA utiliza una combinación de haz de luz y partículas para generar empuje sin necesidad de llevar propulsor a bordo, permitiendo así alcanzar velocidades cercanas al 10% de la velocidad de la luz.

El uso simultáneo de un haz de fotones y un haz de partículas reduce la dispersión de ambos, permitiendo que el empuje se mantenga efectivo a lo largo de distancias mucho mayores. Este avance podría permitir que una sonda de un kilogramo realice un sobrevuelo en la estrella Próxima Centauri en un período estimado de 42 años, una hazaña que cambiaría para siempre nuestra capacidad de explorar el cosmos, según lo explica la NASA en su blog oficial.

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