Los astronautas de la NASA, Butch Wilmore y Sunita Williams, que inicialmente fueron seleccionados para esta prueba pionera, ahora enfrentan un futuro incierto a bordo de la Estación Espacial Internacional (EEI), mientras los ingenieros en Tierra luchan por resolver una serie de fallas críticas que han impedido su regreso.
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La misión que nunca debió haber durado tanto
El 6 de junio de 2024, la cápsula Starliner de Boeing despegó en lo que sería su primer vuelo espacial tripulado. La misión, que en un principio debía durar solo ocho días, tenía como objetivo acoplarse a la EEI, realizar una serie de pruebas y, posteriormente, regresar a la Tierra con éxito, demostrando la viabilidad del vehículo
Los astronautas Wilmore y Williams, ambos con una vasta experiencia en misiones espaciales, se encontraron en una situación que ni los más pesimistas podrían haber anticipado: 70 días después del lanzamiento, la misión sigue en marcha y el regreso a casa sigue siendo una incógnita.
Las tres fallas críticas de la cápsula Starliner
Los problemas que han plagado la misión Starliner se dividen en tres categorías principales:
- Fugas de helio: Antes de que Starliner siquiera alcanzara la órbita, los ingenieros de Boeing ya habían detectado una fuga de helio en el sistema de propulsión de la nave. Recordemos que el helio es crucial para el funcionamiento de los propulsores de la cápsula, ya que se utiliza para presurizar el combustible que alimenta estos motores.
- Propulsores defectuosos: El problema crítico surgió cuando Starliner se aproximaba a la EEI un día después del lanzamiento en sus propulsores. Y es que, como estos propulsores son fundamentales para la maniobra de desacoplamiento y para la salida de órbita, cualquier fallo en este sistema podría tener consecuencias catastróficas. Ante este riesgo, los ingenieros de la NASA y Boeing vienen trabajando contrarreloj para entender y solucionar el problema pero, hasta el momento, no han encontrado una solución definitiva.
- Fallo en el Sistema de Control de Reacción Múltiple: El tercer y más grave de los problemas se detectó durante las pruebas de rutina en la EEI: un mal funcionamiento en el sistema de control de reacción múltiple (RCS). Cualquier fallo en este sistema durante estas maniobras podría resultar en la pérdida total de control de la nave, lo que, en el peor de los casos, podría llevar a un reingreso descontrolado o incluso a una colisión con la EEI.
La incertidumbre en torno a este problema ha llevado a la NASA a considerar seriamente otras opciones para el regreso de los astronautas, ya que su seguridad no puede garantizarse.
Opciones para el regreso: Tres soluciones y ninguna garantía
Ante la complejidad y la gravedad de los problemas detectados en Starliner, la NASA ha estado evaluando varias opciones para asegurar el regreso seguro de Wilmore y Williams.
- Reparación y retorno en Starliner: La posibilidad de un regreso seguro en Starliner se ve cada vez más remota a medida que pasan los días sin una solución clara.
- Transferencia a la Cápsula Crew Dragon de SpaceX: Si se decide que Wilmore y Williams regresen en una Crew Dragon, tendrían que permanecer en la EEI durante al menos seis meses más, hasta el final de la misión Crew-9, programada para febrero de 2025.
- Utilización de una Cápsula Soyuz Rusa: Soyuz, actualmente acoplada a la EEI (y conocida por su fiabilidad) podría ser utilizada como vehículo de emergencia en caso de tener que evacuar la estación.
El futuro de Starliner y las lecciones aprendidas
La situación actual con la cápsula Starliner no solo ha puesto en riesgo a los astronautas a bordo, sino que también ha tenido un impacto significativo en la reputación de Boeing y en la confianza de la NASA en su capacidad para entregar una nave espacial confiable.
Y es que, aunque los vuelos experimentales siempre conllevan riesgos, los problemas detectados en Starliner han demostrado que aún hay mucho trabajo por hacer antes de que esta cápsula pueda ser considerada una opción viable para futuras misiones tripuladas.
