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Hallan en China restos de una civilización de hace 45.000 años

La civilización avanzada que floreció en esta región ofrece una visión fascinante de las capacidades y adaptabilidades de los primeros humanos modernos.

Hallazgos arqueológicos que desafían nuestras concepciones sobre la antigüedad de la humanidad y la complejidad de las civilizaciones tempranas.
Relevante Hallazgos arqueológicos que desafían nuestras concepciones sobre la antigüedad de la humanidad y la complejidad de las civilizaciones tempranas. (Copilot)

Un reciente descubrimiento en la provincia de Shanxi, al norte de China, ha sacudido los cimientos del conocimiento actual sobre los primeros humanos modernos que habitaron Asia oriental, revelando una civilización avanzada que floreció hace más de 45.000 años.

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El yacimiento de Shiyu, situado en un área remota de Shanxi, fue descubierto y excavado por primera vez en 1963. Durante las primeras excavaciones, los arqueólogos desenterraron más de 15.000 herramientas de piedra, restos de animales e incluso un fragmento de cráneo que pertenecía a un homínido, identificado como Homo sapiens.

Este sitio, aparentemente olvidado durante décadas, ha sido recientemente revisitado por un equipo internacional de investigadores bajo la dirección de la doctora Shixia Yang, cuyo equipo (que incluye a destacados expertos de China, Australia, Francia, España y Alemania) se embarcó en una nueva etapa de excavación y análisis con el fin de desentrañar los secretos que Shiyu aún guarda.

Así, gracias a las modernas técnicas radiométricas y a un análisis minucioso del material arqueológico, se ha logrado reescribir un capítulo clave en la historia de la humanidad.

Técnicas avanzadas para una cronología precisa

Uno de los aspectos más fascinantes del trabajo del equipo investigador es el uso de la datación por radiocarbono, una técnica que permite establecer con precisión la antigüedad de los restos orgánicos.

En este caso, los investigadores seleccionaron tres muestras de hueso de animal recuperadas durante las excavaciones originales de 1963. Estas muestras presentaban claras marcas de uso por parte de humanos, lo que sugería su participación en actividades de caza y procesamiento de alimentos.

Los resultados de las pruebas de radiocarbono fueron sorprendentes: la principal capa cultural de Shiyu tiene una edad que oscila entre los 45.800 y los 43.200 años. Este hallazgo no solo adelanta significativamente la fecha de la migración de los primeros humanos modernos hacia el norte de China, sino que también sugiere que estos grupos eran mucho más avanzados y organizados de lo que se creía hasta ahora.

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¿Qué descubrieron los científicos?

El análisis detallado de las herramientas de piedra y otros artefactos recuperados en Shiyu ha proporcionado información crucial sobre las capacidades tecnológicas de estos primeros pobladores.

Según Yang, el conjunto de herramientas de Shiyu pertenece al Paleolítico superior inicial, una fase de la prehistoria caracterizada por avances tecnológicos significativos. Entre los objetos más notables se encuentran herramientas laminares, puntas Levallois, puntas de proyectil con evidencias de mango y fracturas por impacto, y herramientas fabricadas con obsidiana, un material volcánico que se encontraba a cientos de kilómetros del sitio.

El uso de obsidiana, en particular, es un indicio revelador de la capacidad estratégica y la movilidad de estos primeros humanos modernos. La obtención de este material a largas distancias sugiere que los habitantes de Shiyu mantenían redes de intercambio o se desplazaban activamente a través de vastos territorios para asegurarse de contar con los recursos necesarios. Esta habilidad para movilizarse y acceder a materiales específicos es un testimonio de la complejidad organizativa y social de esta civilización.

Cazadores especializados

Los análisis tafonómicos y de trazas de uso en las herramientas líticas han revelado un aspecto fascinante de la vida en Shiyu: estos humanos modernos eran cazadores altamente especializados, con una clara preferencia por la caza de caballos.

Las puntas de proyectil enmangadas, con sus evidencias de fracturas por impacto, indican que estos cazadores no solo eran capaces de cazar grandes animales, sino que también procesaban selectivamente a los ejemplares adultos, lo que sugiere una sofisticada estrategia de subsistencia.

El enfoque en la caza de caballos, combinado con el uso de herramientas avanzadas y el acceso a materiales como la obsidiana, pinta un cuadro de una sociedad que no solo sobrevivía, sino que prosperaba en un entorno que requería adaptabilidad, conocimiento del territorio y una habilidad impresionante para desarrollar y utilizar tecnología avanzada.

Tecnología

Uno de los aspectos más intrigantes del yacimiento de Shiyu es la mezcla de innovaciones tecnológicas que se encuentran en el sitio. Estas herramientas y prácticas no solo reflejan las características típicas del Paleolítico superior y de los primeros humanos modernos, sino que también incorporan elementos tradicionalmente asociados con los neandertales y culturas anteriores.

Esta combinación sugiere que los habitantes de Shiyu participaron en un proceso de hibridación cultural, en el que las innovaciones tecnológicas se mezclaron con prácticas heredadas a través del contacto entre diferentes sociedades y pueblos. Este proceso, a menudo denominado criollización, es una manifestación de la compleja dinámica social y cultural que caracterizó la expansión del Homo sapiens.

En lugar de una simple difusión unidireccional de tecnologías y costumbres, Shiyu revela un escenario en el que múltiples influencias culturales se entrelazan y se adaptan a las necesidades y circunstancias de los grupos humanos que ocupaban el territorio.

Este enfoque multidimensional de la historia humana desafía las explicaciones unilineales y simplistas de la expansión del Homo sapiens, sugiriendo en su lugar un panorama demográfico y evolutivo mucho más complejo.

Investigación arqueológica actual

El trabajo realizado en Shiyu se enmarca en una tendencia más amplia en la arqueología moderna, que busca integrar métodos científicos avanzados con una comprensión más profunda de las dinámicas sociales y culturales de las primeras sociedades humanas.

Las técnicas de datación radiométrica, el análisis de trazas de uso y los estudios tafonómicos son herramientas esenciales que permiten a los arqueólogos reconstruir la vida de los antiguos pobladores con un nivel de detalle sin precedentes.

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