¿Qué es lo que se ve al caer dentro de un agujero negro? Esta es una pregunta que sólo se puede responder a través de las teorías. Comprobarlo de manera experimental es posible debido a que, cualquier objeto que caiga dentro, incluso una persona o planetas, quedarán atrapados, y quizás desintegrados, por la poderosa fuerza de gravedad.
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En un acto de creatividad y divulgación científica, la cuenta de Instagram AstroRural ha publicado un video cautivador que nos invita a imaginar cómo sería caer en un agujero negro.
Todos sabemos que esta experiencia es científicamente imposible, pero las imágenes generadas por computadora ofrecen una visión asombrosa y artística de lo que podría ser un viaje más allá de nuestro universo conocido.
El video nos sumerge en una recreación visual de lo que una persona podría percibir al aventurarse en las inexploradas profundidades de un agujero negro. Las imágenes muestran una experiencia visual surrealista, donde parece que abandonamos nuestro universo familiar para adentrarnos en un reino desconocido.
“La fuerza de atracción gravitatoria sería tan grande en el borde del agujero negro, que para un espectador exterior, la persona que se encuentra precipitándose dentro del agujero permanecería inmóvil el resto de su existencia”, dijeron los divulgadores del video en el posteo de Instagram donde muestran el impresionante fenómeno.
¿Qué son los agujeros negros?
Los agujeros negros son objetos cósmicos fascinantes y enigmáticos. Según la teoría de la relatividad de Einstein, un agujero negro es una región del espacio-tiempo con una fuerza gravitatoria tan intensa que nada, ni siquiera la luz, puede escapar de su atracción.
En el contexto científico, caer en un agujero negro sería un evento catastrófico, ya que la intensidad de la gravedad en su horizonte de sucesos sería ineludible.
AstroRural opta por llevarnos más allá de los límites de la realidad para explorar la imaginación y la creatividad. A través de este video, podemos apreciar el deseo humano de comprender lo desconocido y de explorar las fronteras de la realidad, incluso cuando sabemos que científicamente es imposible realizar tal viaje.