En 2002 Elon Musk decidió fundar SpaceX, una compañía orientada a la industria aeroespacial que rápidamente comenzó a ganar fama gracias a su visión futurista sobre el transporte espacial. Así, sus cohetes reutilizables permitieron a los aficionados del espacio poder soñar más allá de lo que creían posible, y ahora, a más de dos décadas de su fundación, la empresa ya se prepara para llevar a la humanidad a la Luna y luego a Marte abordo de la nave Starship, que recientemente vivió su cuarto vuelo de prueba desde Starbase en Boca Chica.
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Pero hoy no queremos hablar de naves ni de cohetes. Más bien, preferimos detenernos y contarles sobre este tranquilo rincón del sur de Texas, cerca del Golfo de México, que fue tomado por SpaceX para construir una pequeña comunidad entorno a sus objetivos espaciales.
¿Vivirías en Starbase?
El nombre de Starbase resuena tras cada lanzamiento de SpaceX. Y es que con el pasar del tiempo esta localidad comenzó a transformarse en un epicentro aeroespacial, y que según sus residentes es la última parada antes de llegar a Marte.
Así, esta comunidad vive día a día en el centro de operaciones interplanetarias de Elon Musk. Según los trascendidos, la empresa que paga las nóminas de todos los locales empleados en el proyecto Starship, transformando una tranquila localidad en un núcleo de actividad aeroespacial.
Starbase comenzó a tomar forma luego de que Musk comprara terrenos en secreto en Boca Chica, a 40 kilómetros de Brownsville, en 2014. A la fecha alberga unas 80 casas modernas de una planta, canchas, áreas recreativas y un bar exclusivo para trabajadores. Con murales de Elon Musk, vehículos Tesla y calles con nombres como ‘Rocket Road’, el pueblo respira futurismo mezclado con discreción por parte de sus habitantes.
De hecho, Musk también reside en Starbase. Según se conoce, vive en una casa modesta en ‘Memes Street’, decorada con tejas solares de Tesla y un cohete-columpio para su hijo. ¿Sus vecinos? Ingenieros - predominantemente de raza blanca o asiática - que a menudo se ven patinando o en bicicleta por sus calles y cientos de trabajadores de la construcción, en su mayoría latinos, encargados de mantener las instalaciones.
Y cómo no, a medida que Starbase sigue evolucionando, Musk continúa acumulando planes de expansión que incluyen rascacielos y más zonas para empleados y/o viajeros a la Luna y Marte. Con el reciente éxito del Starship, que logró el retorno programado de la primera fase y la reentrada de su módulo operativo, Starbase se consolida como la capital de los viajes interestelares, cambiando para siempre esta remota región de la frontera entre EE.UU. y México.