Hace tan sólo unas semanas el mundo experimentó uno de los atardeceres más lindos que se tenga registro. Y es que aquel día las auroras boreales y polares sorprendieron en lugares que nunca antes las habían visto, como Chile, países del caribe y diferentes partes de Europa como España o Portugal. Y cómo no: así como llegaron de imprevisto, sólo desaparecieron de los cielos.
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Pero eso podría cambiar, puesto que aún estamos atravesando el máximo solar y al parecer quedan varias sorpresas por ver de parte del astro rey. ¿La razón? Y es que la mancha solar AR 13664, conocida por precisamente generar las rarísimas auroras boreales y polares de mayo, reapareció y ahora se identifica como AR 13697.
AR 13664 ahora es AR 13697
También conocidas como las luces del norte o del sur, las auroras son fenómenos que ocurren cuando las partículas cargadas del Sol chocan con nuestra atmósfera. Por su parte, las manchas solares son áreas oscuras del Sol que en realidad son más frías que el resto, y que pueden influir directamente en la actividad solar con eyecciones de masa coronal, logrando interactuar con el campo magnético terrestre y producir espectaculares auroras.
Por ejemplo, a principios de mayo la ahora llamada mancha solar AR 13697 fue responsable de 12 erupciones solares de clase X en sólo seis días, incluyendo la llamarada más intensa desde septiembre de 2017, clasificada como X8.79, y cuya actividad finalmente culminó en una tormenta geomagnética de categoría G5, la primera desde 2003, que resultó en auroras visibles globalmente.
¿Qué pasó después? La naturaleza hizo lo suyo: Simplemente giró hacia el lado oscuro del sol y desapareció de nuestra vista durante dos semanas. Pero ahora AR 13697 está volviendo a emerger en el borde oriental del sol, en toda su gloria y majestad.
¿Regresarán las auroras en junio?
Durante los días que estuvo oculta, dicha mancha fue monitoreada continuamente por el Solar Orbiter de la Agencia Espacial Europea, lo que a la vez permitió a los científicos hacer un seguimiento de su actividad que, según reportan, disminuyó en la frecuencia de erupciones de clase X.
Eso sí, al reaparecer no tardó en saludarnos y soltar una erupción solar de clase X2.9, demostrando que la región sigue siendo muy activa. Por ello, ahora que AR 13697 está visible nuevamente, los expertos están intentando predecir lo que pasará en las próximas semanas.
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Según comparte Space.com, la mancha solar continuará su trayectoria alrededor del sol, lo que nos permitirá observar cualquier erupción que ocurra durante ese período. Y, por ahora, la posición óptima para que una eyección de masa coronal (CME) afecte a la Tierra se anticipa entre el 4 y el 6 de junio, coincidiendo con una rotación solar completa desde las erupciones de mediados de mayo.
Además, los expertos indican que si bien la cantidad de llamaradas de clase X ha disminuido, las condiciones para una tormenta geomagnética potente y auroras subsiguientes aún están presentes. El impacto de una eyección de masa coronal depende de muchos factores, incluyendo de la ubicación y/o orientación de la erupción en relación con el sol. A medida que AR 13697 se acerque a una alineación directa con la Tierra, aumentan las posibilidades de una tormenta geomagnética igual o superior en intensidad si comparamos con las observadas en mayo.
Por eso, los próximos días serán clave para determinar qué podemos esperar del regreso de AR 13697 a nuestro campo visual y su capacidad para producir erupciones solares adicionales de alta magnitud. Si bien aún no podemos adelantar que ocurra otro evento de nivel G5 en el corto plazo, la continua actividad solar promete al menos un par de sorpresas más mientras nos acercamos al peak del ciclo solar previsto para finales de 2024-2025.