A tan sólo unos días de que los cielos se tiñeran de intensos colores gracias a las auroras boreales que se divisaron en lugares insólitos de Europa, los cielos de países como España y Portugal se volvieron a pintar, pero esta vez con una extraña luz azul que poco sentido hacía para un sábado por la noche.
Los testigos quedaron petrificados, sin encontrar una razón lógica para lo que estaban viendo; una bola de luz que viajaba a toda velocidad y que atravesó ciudades como Andalucía, Castilla-La Mancha, Madrid, Porto, Braga y Lisboa a eso de las 00:46 horas.
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— Márcio Santos - Meteorologia e Ambiente (@MeteoTrasMontPT) May 18, 2024
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La noticia claramente dio la vuelta al mundo. Y es que no todos los días se ven espectáculos así en el cielo, y mucho menos de manera completamente inesperada. Por eso, rápidamente comenzaron las interpretaciones de los testigos: ¿Fue un avión en picada? ¿Debí haber pedido un deseo? ¿Qué clase de aurora boreal es esta? Por eso y para despejar las dudas, aquí analizamos qué rayos era esa espectacular bola de luz.
Espectáculo en los cielos de Portugal y España
La noche de este sábado fue distinta para la Península Ibérica. Un rara bola de luz capturó la atención de locales y turistas, quienes quedaron boquiabiertos y algunos incluso alcanzaron a grabar extractos de aquella impresionante caída.
Según los expertos alrededor del mundo, aquel fenómeno pudo haber sido un meteorito procedente de un cometa que cruzó la atmósfera terrestre a una velocidad impresionante, dejando tras de sí una estela luminosa.
El fenómeno, que entró en la atmósfera a unos 161.000 kilómetros por hora, comenzó su travesía visible desde la localidad de Don Benito en Badajoz y continuó su camino hacia el noroeste, cruzando Portugal hasta extinguirse sobre el océano Atlántico a una altura de 54 kilómetros.
“Lo que ahora se sabe es que esto tendría que haber sido un fragmento cometario que entró más o menos rasante a la atmósfera terrestre y por eso se vio en una región geográfica extendida”, explicó el astrofísico de la Universidad de Santiago de Chile (Usach), Álvaro Rojas Arriagada, en conversación con T13.
“Es un fragmento fundamentalmente constituido por una especie de nieve sucia: hielo y con partículas incrustadas. Este objeto tiene que haber ingresado bastante rápido, se estima que como a 45 kilómetros por segundo, eso es como 65 veces lo más rápido que puede ir un F-16″, agregó.
Sobre su peligro para la humanidad, el astrofísico acotó que “a esa velocidad tan grande, el objeto básicamente se destruye, por efectos del roce con la atmósfera se calienta, y eso hace que también el gas en torno al objeto se ionice y genera luz. La luz es lo que vemos es el efecto del objeto pasando a través de la atmósfera, incendiándose y haciendo que el aire emita luz”.
Añadiendo que “como este fue azul verdoso, probablemente revela que el objeto traía minerales de magnesio. Se sabe que en los cometas hay un mineral llamado olivino, que se formó en la nebulosa solar hace 4600 millones de años, y que ha quedado empaquetado en los cometas, de los cuales un fragmento cayó en la Tierra”.
