El Sol registra su actividad más intensa en los últimos 20 años. Datos que ofrece la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA por sus siglas en inglés) marcan que la tormenta solar de este 10 de mayo del 2024 alcanzó la categoría G5, la más poderosa en la escala universal. Los embates de la estrella central provocaron, en principio, que gran parte de la Tierra se pintara de morado. ¿Qué debemos esperar?
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Lo primero que sucedió es lo que estamos presenciando en las redes sociales. Hay luces de auroras boreales en regiones en donde no suele aparecer este fenómeno astronómico. Este tipo de espectáculos suelen ocurrir en las zonas polares del norte de la Tierra. Sin embargo, las partículas de la tormenta solar son tantas que el evento se esparce hacia otras regiones del planeta.
Reportes de la cuenta de X Mundo en Conflicto, informa que las luces boreales alcanzan regiones de Europa como Austria, Escocia, Valencia (España), Suiza e Italia. También hay pruebas fotográficas de luces boreales en Países Bajos, Alemania, Chequia, Francia y Ucrania, en este último hay una imagen emotiva de un soldado levantando un arma en el medio de la guerra con Rusia.
En nuestro continente hay reportes de que se vieron luces de auroras boreales en los Estados Unidos, incluido la Florida, y en algunas zonas del norte de México. Mientras que para el sur, regiones de Punta Arenas en Chile y zonas de Argentina como la Antártida, Ushuaia, Tierra del Fuego y otras regiones del sur.
Oceanía también registra auroras boreales en Nueva Zelanda y Australia.
¿Qué debemos hacer en una tormenta solar?
La vida de los humanos no corre peligro con esta tormenta solar. El NOAA recomienda prepararse para vivir posibles apagones. De hecho, ya registran fluctuaciones leves en las plantas de energía eléctrica.
Se podrían registrar interrupciones en las comunicaciones, ya que las señales de radio y GPS podrían verse afectadas, lo que dificultaría la comunicación y el transporte.
Otra de las inevitables consecuencias serían daños al funcionamiento de los satélites. La CME podría dañar o destruir satélites en órbita, lo que afectaría a las comunicaciones, la navegación y la meteorología.