A pesar de la nueva generación de telescopios, el Telescopio Espacial Hubble sigue revelando los secretos del cosmos y mostrando todo su encanto. Lanzado en 1990, sigue aportando imágenes impresionantes del universo, incluso en la era de instrumentos de observación más avanzados, manteniéndose más vigente que nunca, como un buen vino.
Los Pilares de la Creación, tomada en 1995 y que muestra una formación de gas y polvo en la Nebulosa del Águila, a unos 7.000 años luz de la Tierra; El Campo Ultraprofundo del Hubble, una imagen que revela miles de galaxias, algunas de ellas a miles de millones de años luz de distancia; y La Nebulosa Carina, situada a unos 7.600 años luz de la Tierra, es un lugar de intensa formación estelar, han sido algunos de sus más grandes hitos.
Ahora, su última captura nos lleva a NGC 2217, una galaxia barrada ubicada a 65 millones de años luz de la Tierra. La imagen, compartida por la NASA, muestra esta galaxia espiral en la constelación de Canis Major. Lo que a simple vista podría parecer un pequeño punto de luz en el cielo, en realidad se trata de una estructura colosal con un diámetro de 100.000 años luz, similar al de nuestra propia galaxia, la Vía Láctea.
NGC 2217: Una galaxia barrada con una barra luminosa
Lo que distingue a NGC 2217 es su clasificación como galaxia barrada. Esta característica se debe a una estructura luminosa alargada en forma de rectángulo que atraviesa su núcleo. Esta “barra” actúa como un puente que conecta el centro de la galaxia con sus brazos espirales y está compuesta por un flujo de gas que se mueve desde el núcleo hacia el exterior y viceversa.
La materia que se libera a través de esta barra juega un papel fundamental en la evolución de las galaxias y en el nacimiento de nuevas estrellas. Según la NASA, el gas y el polvo transportados por la barra pueden convertirse en nuevas estrellas o alimentar al agujero negro supermasivo que se encuentra en el centro de la galaxia.
Núcleos activos y formación de estrellas
Las galaxias barradas, como NGC 2217, suelen tener núcleos activos. Esto significa que su agujero negro supermasivo se alimenta constantemente de materia, liberando una enorme cantidad de radiación en el proceso. El gas dentro de la estructura luminosa rectangular puede condensarse y colapsar para formar una protoestrella, la cual madurará mientras el flujo la desplaza hacia los extremos de los brazos espirales de la galaxia.
La imagen de NGC 2217 capturada por el Hubble nos recuerda que, a pesar de la llegada de nuevas tecnologías, este telescopio espacial sigue siendo una herramienta invaluable para explorar los misterios del cosmos. Sus observaciones nos permiten comprender mejor la formación y evolución de las galaxias, así como el ciclo de vida de las estrellas.