El ciclo solar se encuentra en uno de los puntos más altos de actividad. Tormentas intensas se producen debido a la eyección de masa coronaria de nuestra estrella masiva, que impactan en todos los rincones de nuestro sistema planetario. La NASA, con su sonda solar Parker, atravesó y sobrevivió a una de estas tempestades de radiación y registró un montón de fenómenos que son oro puro para la ciencia espacial.
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Los videos de la sonda solar Parker atravesando la tormenta solar nos había sorprendido en septiembre del año pasado. Dicho material fue recogido por la NASA y tras un meticuloso análisis encontraron que en estos fenómenos ocurre algo llamado inestabilidad Kelvin-Helmholtz (KHI), según reseña Bio Bio Chile.
¿Qué es la KHI?
En términos que todos podemos comprender, esta inestabilidad es el fenómeno que permite que hayan olas en los océanos. Es decir, que hay dos fluidos de diferentes densidades y que se mueven a velocidades distintas de un lado a otro. Entonces, ese movimiento e interacción, cuando pasa en el agua, genera olas.
También ocurre en el cielo, con la interacción del aire en el proceso de condensación, que provoca nubes.
Bueno, ese mismo fenómeno ocurrió en una tormenta solar. Sustituyamos el agua por partículas del Sol y los vientos de aire por vientos solares. El resultado son remolinos, como los que ocurren en tormentas del mar, pero en el espacio con elementos de radiación de nuestra estrella central.
El equipo de científicos del instrumento WISPR (Wide-field Imager for Parker Solar Probe), encargado de detectar este fenómeno, no sale del asombro por haber captado KHI en una tormenta solar.
“Nunca anticipamos que las estructuras KHI pudieran desarrollarse a escalas lo suficientemente grandes como para ser fotografiadas en imágenes CME de luz visible en la heliosfera cuando diseñamos el instrumento”, dijo Angelos Vourlidas, científico del Johns Hopkins University Applied Physics Laboratory (JHUAPL), que opera WISPR, según el portal antes citado.
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“La turbulencia que da lugar a KHI juega un papel fundamental en la regulación de la dinámica de las CME que fluyen a través del viento solar ambiental. Por lo tanto, comprender la turbulencia es clave para lograr una comprensión más profunda de la evolución y la cinemática de las CME”, añadió otro de los científicos que formaron parte de la investigación.
Haber detectado este fenómeno es un avance sin precedentes para la ciencia espacial. Ahora, pueden estudiar y predecir la intensidad de las tormentas solares que se avecinan a la Tierra y así estar preparados para turbulencias en los sistemas de comunicación satelitales.