La NASA, Roscosmos, JAXA, la Agencia Espacial de China, la ESA y el programa espacial de Arabia Saudi son tan sólo algunas de las organizaciones que tienen planeadas misiones a la Luna en el futuro cercano. Rovers, viajes tripulados, instalación de bases, telescopios, centros de despegue y minería invadirán el satélite en al menos un lustro. Es una situación que nos genera muchas preguntas.
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¿Quién cuida la Luna? ¿Existirá un gobierno o ente rector que se encargue de proteger el satélite natural? La mano del hombre se posa sobre nuestro faro de luz nocturna como una amenaza que podría repercutir sobre su valor científico, por todo lo que nos puede dar en conocimientos sobre el Sistema Solar, o en su influencia sobre la Tierra, que sería mucho más peligroso.
Investigadores que se dedican a la exploración espacial tienen un término para referirse a los lugares de mucho valor científico: Sitios de Extraordinaria Importancia Científica (SESI). Con esto identifican alguna región del Sistema Solar en la que el hombre debe evitar dañar sin medir las consecuencias por todo lo que nos podría dar en materia de conocimientos.
En la Luna hay varias zonas denominadas como SESI, pero los investigadores que identifican estas regiones no tienen la autoridad para evitar que se aterrice o trabaje en estos lugares. ¿Quién es el dueño de la Luna? Al parecer nadie. El portal de noticias Vandal informa que hay 22 misiones lunares planificadas de aquí al 2026.
La mayoría apunta hacia una zona denominada como SESI, el polo sur de la Luna. Tantos países yendo hacia el mismo lugar podría desencadenar un conflicto de tierras inédito para la humanidad. Irse a pelear a otro territorio del Sistema Solar serían un epic fail nunca antes visto.
Sin embargo, la peor de las noticias para la Luna es la cantidad de trabajo que realizarán en su superficie, en las que se pueden perder muchas propiedades de su suelo, por la minería, instalación de bases lunares o de centros de despegue.
Recordemos que la ciencia quiere realizar astronomía desde la Luna para tener una visión diferente del cosmos, desde donde incluso se podría encontrar vida extraterrestre. Hay un llamado, que dudamos que sea escuchado, a que la ciencia aplique el sentido común en las exploraciones que se vayan a realizar dentro del satélite natural, en los próximos años.