Presenciar un eclipse de sol no es para cualquiera. Suelen ser eventos únicos en la vida de muchas personas, ya que a pesar de que ocurren cada 18 meses, para que se registre de nuevo en un mismo lugar pasan, en promedio, alrededor de 360 años. Santiago de Chile es un caso bastante inusual ya que se registró uno en 2020 y ahora vendrá otro en octubre del 2024.
Entonces, siempre que aparece uno, los científicos aprovechan la conjunción de la Luna con el Sol para apuntar sus herramientas y analizar diferentes eventos científicos de los dos cuerpos que influyen sobre nuestro planeta. El eclipse solar del 8 de abril será un evento fructífero para quienes se dedican a la exploración de los misterios que se esconden en el Sistema Solar.
Todos piensan que la astronomía y la astrofísica son los únicos interesados en los eclipses solares. Y aunque sí son las áreas que mayor foco de atención le ponen a este tipo de fenómenos, también hay otras vertientes de la ciencia que realizan análisis de lo que ocurre en el planeta, mientras la Luna pasa por el frente del Sol.
De acuerdo con un informe de Xataka, los meteorólogos aprovecharán el eclipse para enviar globos con instrumentos de medición y ver si este fenómeno influye en las condiciones climáticas de la Tierra.
Los científicos dedicados a la biología también realizarán trabajos importantes en el medio del eclipse. Expertos en esta materia se enfocarán en diferentes razas de animales para ver el comportamiento que registran durante el oscurecimiento de estas zonas de la Tierra.
Las aves, por ejemplo, hacen el proceso de marcharse a dormir cuando ven que cae la noche y regresan justo después que vuelve la luz. Para su lógica es la noche más corta y de menos descanso de su historia.
El medio antes citado informa que hay quienes se atreverán a estudiar el comportamiento de las personas durante el eclipse, para registrar si hay algún cambio en el humor y ver si hay patrones en la reacción al evento estelar.