El Programa Apolo representó un hito histórico en la exploración del espacio y la carrera espacial entre Estados Unidos y la Unión Soviética. El programa espacial emblemático de la NASA en la década de 1960 y 1970, buscaba que el ser humano pisara la superficie lunar y regresara de manera segura a la Tierra, lo que logró con el histórico alunizaje del Apolo 11 el 20 de julio de 1969, cuando el astronauta Neil Armstrong se convirtió en la primera persona en caminar sobre la Luna.
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Gracias al programa Apolo, se llevaron a cabo investigaciones científicas y se recopiló información valiosa sobre la Luna y el espacio que aún sigue siendo relevante para la exploración espacial actual, por lo que fue un logro tecnológico y científico sin precedentes y un símbolo de determinación humana y colaboración internacional.
Este programa es un hito emblemático en la historia de la exploración espacial, dejando un legado duradero de descubrimiento y aventura en el cosmos.
Ahora, los astronautas de Artemis 3 están a punto de hacer historia y repetir la hazaña: Serán los primeros en caminar sobre la superficie lunar en más de 50 años, marcando así el comienzo de una nueva era en la exploración lunar. La NASA ha seleccionado cuidadosamente las herramientas que utilizarán, diseñadas para probar la viabilidad de una presencia humana a largo plazo en la Luna.
La agencia espacial norteamericana reveló los primeros instrumentos científicos que los astronautas de Artemis llevarán a la Luna y desplegarán en el polo sur lunar. Estos instrumentos fueron elegidos específicamente para la misión, programada para lanzarse en septiembre de 2026, ya que requieren intervención humana para su instalación.
Un retorno lunar luego de 52 años
Artemis 3 marcará el regreso de los astronautas a la Luna desde los días del Programa Apolo, y las herramientas seleccionadas representan el avance tecnológico que ha tenido lugar en los últimos 52 años. “Con estos instrumentos innovadores en la superficie lunar, estamos dando inicio a un viaje transformador que impulsará la capacidad de realizar investigaciones humanas y automáticas, una forma completamente nueva de hacer ciencia”, comentó Pam Melroy, administradora adjunta de la NASA.
Entre las herramientas anunciadas se encuentra la Estación de Monitoreo del Medio Ambiente Lunar (LEMS), diseñada para rastrear el entorno sísmico lunar a largo plazo, proporcionando valiosos datos sobre la estructura lunar y su evolución.
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El experimento LEAF, por otro lado, estudiará el potencial de los cultivos en la Luna para proporcionar nutrición y soporte vital a los astronautas, observando la fotosíntesis, el crecimiento y las respuestas de las plantas al estrés bajo la radiación espacial y la gravedad parcial.
Finalmente, el Analizador Dieléctrico Lunar (LDA) medirá la capacidad del regolito lunar para propagar un campo eléctrico, buscando signos de escarcha y depósitos de hielo, elementos cruciales para sustentar la vida y para posibles aplicaciones industriales.
Estos instrumentos científicos marcan un hito importante en la exploración lunar, ya que proporcionarán información valiosa sobre la Luna, como su composición y su potencial como recurso para futuras misiones espaciales.
