En el vasto cosmos, donde la formación de sistemas solares es un proceso continuo y fascinante, los astrónomos han hecho un descubrimiento sin precedentes en la Nebulosa de Orión. A una distancia de 1.350 años luz de la Tierra, en torno a la estrella 203-506, se ha observado un fenómeno sorprendente: un ciclo del agua en pleno desarrollo en el disco protoplanetario que rodea a esta joven enana roja.
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Gracias al telescopio espacial James Webb, los científicos han logrado detectar una subcapa en el disco protoplanetario de la estrella 203-506, revelando la presencia de un ciclo del agua. Este fenómeno, inducido por los rayos ultravioleta emitidos por estrellas masivas del cercano cúmulo del Trapecio, resulta crucial en la formación y composición de futuros planetas rocosos.
Entendiendo el proceso
La radiación ultravioleta excita el radical hidroxilo (OH), componente derivado de la molécula de agua (H2O), desencadenando su desprendimiento y posterior reformación. Por primera vez, el telescopio James Webb ha captado tanto la fotodisociación como las vibraciones emitidas durante la reformación de las moléculas de agua, evidenciando así la existencia de este ciclo en un entorno de gas caliente.
Este ciclo del agua no solo es esencial para la llegada de este elemento a los planetas rocosos, sino que también influye en la formación de estos mismos planetas. La pérdida de elementos pesados y la ganancia de ligereza por parte del agua durante este proceso la hacen idónea para cubrir las superficies de futuros planetas rocosos.
Sin embargo, la incidencia y la intensidad de este ciclo del agua varían según las condiciones iniciales de las nubes moleculares y la radiación ultravioleta en el entorno. La fotoevaporación inducida por los rayos ultravioleta también juega un papel crucial, impidiendo la acumulación suficiente de gas para la formación de gigantes gaseosos como Júpiter.
Este emocionante descubrimiento no solo expande nuestro conocimiento sobre la formación de sistemas solares, sino que también destaca la complejidad y la diversidad de los procesos cósmicos que dan forma al universo que habitamos. El ciclo del agua en el disco protoplanetario de la estrella 203-506 nos ofrece una fascinante ventana a los misterios del cosmos y sus posibilidades para la vida más allá de nuestro propio sistema solar.