El Sol es el objeto que proporciona mayor cantidad de energía en nuestro sistema planetario, de eso no hay duda. Sin embargo, hay cuestiones no tangibles y en ocasiones no explicables, que se transforman en una poderosa fuente capaz de mover cualquier cosa: hablamos del amor, motor que motivó a este físico a resolver conceptos de la teoría de la relatividad de Albert Einstein y plantear la posibilidad de los viajes en el tiempo.
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Viajar en el tiempo es una de las tantas obsesiones de quienes se dedican al estudio de las ciencias y la existencia humana. Está al mismo nivel de poder encontrar otro mundo que reúna condiciones de vida similares a la Tierra.
A muchos los mueve la sed de conocimientos, a otros los motiva quedar en la historia como el primero en lograr este hito. Pero a Ronald Mallett lo mueve el poder del amor.
Ron Mallet, un físico teórico estadounidense, ha dedicado su vida a la investigación de los viajes en el tiempo. Motivado por la muerte de su padre cuando era niño y la fascinación por la ciencia ficción, Mallet se ha embarcado en la ambiciosa misión de construir una máquina del tiempo que le permita viajar al pasado.
Su trabajo se basa en la teoría de la relatividad general de Einstein, la cual propone que el espacio-tiempo es una estructura flexible que puede ser deformada por la gravedad. Mallet cree que una máquina del tiempo podría ser construida utilizando un cilindro de luz rotante. Este cilindro crearía un campo gravitatorio lo suficientemente fuerte como para curvar el espacio-tiempo y permitir el viaje en el tiempo.
¿Máquina del tiempo?
Mallet ha diseñado un prototipo de máquina del tiempo que consiste en un anillo de láseres giratorios. Aunque todavía está en desarrollo, este prototipo podría ser la base para una máquina del tiempo funcional en el futuro.
El físico considera que puede generar un campo gravitatorio que conduzca a la creación de bucles de tiempo, permitiendo viajar al pasado.
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Su trabajo ha recibido críticas por parte de algunos científicos, quienes consideran que sus ideas son poco realistas e imposibles de lograr. Sin embargo, Mallet continúa con su investigación y está convencido de que el viaje en el tiempo es posible.
“No estoy tratando de construir una máquina del tiempo para cambiar el pasado”, ha dicho Mallet en entrevistas. “Simplemente quiero verlo y entenderlo mejor”.