Cuando hablamos del espacio todos hemos oído datos acerca de los famosos agujeros negros. Pero según Einstein, podrían existir unas regiones del espacio mucho menos conocidas y más fascinantes: Los agujeros blancos.
Pero vayamos un poco más atrás. El antes mencionado Albert Einstein presentó su teoría general de la relatividad hace más de un siglo, sugiriendo que la gravitación es un fenómeno geométrico.
Gracias a ello, comprendemos que la materia, al acumularse en grandes cantidades, puede curvar el espacio-tiempo, afectando así el movimiento de las partículas y los cuerpos celestes.
Si llevamos este fenómeno al extremo, cuando la materia se compacta muchísimo puede llegar a formar un agujero negro, un objeto astronómico de donde ni siquiera la luz puede escapar.
¿Y qué hay de los agujeros blancos?
Ahora bien, en contraste, podemos decir que la teoría de los agujeros blancos propone un concepto mucho más complejo.
Y es que estas serían regiones del espacio-tiempo que, en lugar de atrapar todo a su alrededor, expulsarían materia y luz hacia el exterior.
Básicamente, imaginemos el proceso de formación de un agujero negro pero a la inversa, donde lo que era una compactación extrema de materia se expande repentinamente hacia afuera.
De este modo, la física detrás de los agujeros blancos sugiere que aunque generan la misma fuerza gravitacional que los agujeros negros, su comportamiento ante el horizonte de eventos sería diametralmente opuesto: Mientras que nada puede salir de un agujero negro, todo puede emerger desde un agujero blanco.
¿Un portal hacia el pasado?
Y dada su naturaleza inversa en comparación con los negros, surge la pregunta: ¿podrían los agujeros blancos actuar como portales hacia el pasado?
Mientras que un agujero negro representa un punto de no retorno, un agujero blanco, en teoría, podría ser la salida de un túnel donde emerge materia y luz
Si consideramos el espacio-tiempo como un tejido que puede distorsionarse, la idea de que un agujero blanco pueda funcionar como un puente hacia momentos anteriores no es completamente descabellada dentro del marco teórico de la relatividad general.
Pero a no ilusionarse. Los agujeros blancos aún se mantienen como pura teoría, ya que no sabemos si existen realmente.
De hecho, si estos existieran serían estructuras extremadamente inestables, por lo que su estudio o incluso la pura detección sería muy complicado y difícil con la tecnología actual.
Agujeros negros vs. agujeros blancos
Aún así, tenemos todas las herramientas teóricas para hablar durante horas sobre estos posibles agujeros blancos y su contraste con los negros.
En ese contexto, la pregunta más frecuente puede ser la más obvia: ¿Qué pasaría si los agujeros blancos colisionan con los negros?
Y sí, su respuesta - aunque teórica- también resulta fascinante. Sucede que la masa combinada resultaría en un agujero negro más grande, ya que se cree que el agujero negro “absorbería” al blanco.
Con todo, dentro de la naturaleza del tiempo y el espacio aún caben este tipo de teorías, en las que conceptos como viajar al pasado podrían ser posibles.