Un satélite que pesa dos toneladas chocará contra la Tierra esta semana. Se trata del European Remote Sensing Satellite (ERS-2) de la Agencia Espacial Europea (ESA), lanzado al espacio en 1995.
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Su impacto contra la Tierra no representa ningún peligro para la población común. Los científicos e ingenieros que trabajan en esta sacada de órbita de la nave ejecutarán el choque de manera controlada. Significa un riesgo para quienes trabajen en esta misión.
Lanzado en 1995, el ERS-2 superó ampliamente su vida útil prevista de tres años, brindando información crucial sobre la Tierra durante más de dos décadas. Sus principales contribuciones están relacionadas al análisis del medioambiente de la Tierra.
El ERS-2 realizó constantes monitoreos del cambio climático, entre los que destacan su observación de la capa de hielo polar, la temperatura del mar y el nivel del mar.
La ESA destaca en una reseña que fue vital en el seguimiento de la deforestación, la desertificación y la calidad del agua. Hizo, además, un amplio trabajo de cartografía y topografía, con la creación de mapas precisos y modelos de elevación.
La decisión de desorbitar el ERS-2 se tomó por razones de seguridad. El satélite, que pesa 2,370 kg, está en una órbita heliosincrónica a una altitud de 573 km. Con el tiempo, la resistencia atmosférica ha reducido su altitud, aumentando el riesgo de colisión con otros satélites o con la basura espacial.
¿Cómo se desorbita un satélite?
- Bajada de la órbita: Se reducirá la altitud del ERS-2 a 300 km.
- Pasivación: Se apagarán los sistemas del satélite para evitar interferencias con otros satélites.
- Reentrada atmosférica: El ERS-2 se desintegrará al reingresar a la atmósfera terrestre, pero algunos restos caerán en la superficie.
La ESA ha tomado todas las medidas posibles para minimizar el impacto ambiental de la reentrada del ERS-2. Se espera que la mayoría de los restos del satélite se desintegren en la atmósfera, y los pocos que lleguen a la Tierra caerán en una zona remota del océano.