La teoría sobre los agujeros negros indica que nada escapa de ellos y todo lo que se acerca es consumido. Su fuerza de gravedad es tan potente que ni siquiera la luz, hasta ahora el elemento más veloz conocido en el universo, puede salir de su interior. Y aunque todos “saben” que uno de estos objetos se come todo a su alrededor, nunca había sido visto realizando este proceso.
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De acuerdo con una reseña de Telemundo 47, un equipo de científicos del Instituto de Astrofísica del archipiélago español de Canarias (IAC) y la Universidad de Munich han logrado un avance significativo al captar de manera directa el proceso de alimentación del agujero negro en la galaxia de Andrómeda, nuestra vecina cósmica.
Este descubrimiento, posible gracias a la combinación de datos obtenidos por los telescopios espaciales Hubble y Spitzer, arroja nueva luz sobre los misteriosos eventos que ocurren en los confines del universo.
El equipo de científicos, encabezado por destacados expertos en astrofísica, utilizó una sofisticada técnica de análisis de datos para observar y documentar el complejo proceso de alimentación del agujero negro de Andrómeda. Este hito marca un paso crucial en la comprensión de los fenómenos cósmicos que rodean a estos enigmáticos objetos celestes.
En comparación con el agujero negro de la Vía Láctea, el equipo afirmó que el estudio del agujero negro de Andrómeda resultó ser menos complejo. La razón principal radica en la posición relativa de la Tierra con respecto a la galaxia, lo que proporcionó un acceso visual más directo y menos obstaculizado.
Esta circunstancia permitió a los científicos observar con mayor claridad y detalle el proceso de alimentación, proporcionando datos cruciales para avanzar en la comprensión de la dinámica de estos fenómenos astrofísicos.
Christian Alig, investigador del USM y primer autor del artículo, ahora puede confirmar que los agujeros negros son “ansiosos devoradores de comida y, aun así, delicados. Explica que cuando los procesos de sus alrededores son lentos y progresivos, no hay forma de que haya rastro de que fueron consumidos.
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Pero cuando los fenómenos estelares son masivos, forzados o excesivos la reacción es tan “violenta y agresiva”, que deja pruebas de que el agujero negro “comió”.
Este avance no solo contribuye al conocimiento científico sobre agujeros negros, sino que también destaca la importancia de la colaboración internacional y la utilización de tecnologías avanzadas para desentrañar los secretos del cosmos.